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Camila Fabbri lanza su éxito ‘Los accidentes’ en México

Camila Fabbri lanza su éxito ‘Los accidentes’ en México

Esta colección de relatos explora las diferentes formas, los variados aspectos y los inusitados escenarios en los que los acontecimientos fortuitos desvían por completo el curso de la vida.

Lunes 15 de abril de 2019
Fabián V. Escalante / R. de la Lanza

Después de ser un éxito editorial en Argentina, Los accidentes, de Camila Fabbri, llega a México de la mano de Almadía y platicamos con ella sobre este salto al escenario hispanoamericano.

¿Cómo te has sentido de trabajar en una casa editorial mexicana y con este público?

Muy bien. Ahora sale en México y en abril saldrá en Chile, y la verdad es que me recibieron muy bien en Almadía. Estoy muy contenta, me gusta mucho la editorial; me parece que es una editorial que hace hincapié sobre todo en el género del cuento y eso es muy valioso hoy en día, ya que tengo la sensación de que es un género un poco subestimado y, por eso, me parece muy importante que aquí se le da lugar.

¿Ha tenido algún cambio Los accidentes respecto a la edición original de 2015?

Agregamos un cuento más que se llama “Los diez días de Ulises”, que es un cuento que escribí este año, y eso se actualizó un poco la edición.

Has dicho que prefieres no relatar de acuerdo con los hechos reales, pero también tratas de no tener una narración en primera persona, ¿cómo es ese proceso?

Creo que la primera persona no necesariamente tiene que responder a algo autobiográfico. Me parece que son personajes que cuentan algo que les pasó, y que probablemente por ahí, detrás, haya algo mío, pero muy deformado, para que no sea una historia autobiográfica, y no por desmerecer lo autobiográfico, sino porque me parece que este libro no va por ahí…

¿Cómo influye la narrativa en tu formación de teatro?

Me parece que ambos aspectos se retroalimentan; leo mucha narrativa, veo mucho teatro, me formé en las dos cosas. Hice talleres privados de narrativa, también hice una escuela de dramaturgia, dirigí obras. Son dos cosas que me gusta hacer y que van de la mano; no las puedo concebir de otra manera ahora, pues son géneros que se pueden leer juntos en el sentido de que uno lee a un autor o autora y esa autora hace esto o el otro… Más que nada, es como ver lo que están haciendo y por eso me parece que tienen muchas cosas en común.

En estos años de vida de Los accidentes, ¿cuál ha sido el relato sobre el que más te han preguntado, el más impactante?

El último, que es de un fantasma. Es un cuento que también salió en una antología en Punto de partida, de la UNAM; creo que es el cuento más extraño del libro, pues es medio crítico, tiene dos escenarios: en uno es una pareja y en el otro es una chica contando su pasado familiar con sus padres, su educación sentimental, por llamarlo de alguna manera. Entonces, están estos dos planos, pero por momentos se vuelve como una rama de un mismo árbol en donde todo está relacionado, y esto es sobre lo que me han preguntado porque no lo entendieron. No sé si hay una historia madre en ese relato, lo que intento hacer con ese cuento es un poco poner en foco esto que te decía recientemente, poner algo de la relación pasada de ella con lo masculino que fue con su padre y algo de la relación actual que tiene ella con un hombre que actualmente es su pareja o alguien, o ni siquiera su pareja. Me parece que es un cuento bastante melancólico, que tiene algo triste, como si fuera imposible vincularse.

¿Por qué escoger el peligro como tema de un libro?

Supongo que es una forma mía de ser y estar; como si todo el tiempo algo pudiera estar en peligro. Yo tengo algo de eso: pensar que hay algo de peligro en cada cosa, y un poco para escapar de ese pensamiento, que es muy cerrado, y quizá la opción es convertirlo es una ficción, pero sospecho que viene de una forma de concebir el peligro cotidiano, para que sea menos denso.

Tu novela Trinidad fue finalista de un premio.

Fue finalista del concurso de una editorial, y nunca volví a esa novela. Releyéndola me di cuenta de que tenía algo que en cada capitulo podía hacer un cuento también, y la sentí como una primera novela mía, como un diario íntimo: tenía algo demasiado autobiográfico y no me interesó volver a ella. La dejé ahí y no sé, quizá algún día vuelva.

¿Qué sigue después de Los accidentes?

Estoy con un libro de cuentos nuevo, que todavía no tiene nombre, y que sospecho va a salir en el 2020. Estoy trabajando en una novela crónica.

¿A quién estás leyendo ahora?

Estoy leyendo un libro que se llama Lacrónica, de Martín Caparrós y releyendo De vidas ajenas, de Emmanuelle Carrére, porque me está sirviendo para este libro que estoy escribiendo de crónica, y que lo leí y en su momento me gustó mucho.

¿Cuáles son tus autores favoritos?

Siento que voy descubriendo en las redes sociales gente que escribe y que no ha sido publicada, como una chica que se llama María Florencia Rua, que es argentina y que va a sacar su primera novela en Chile, en la misma editorial que yo. He leído unas cosas de ella y me gustaron mucho, también de Argentina, me gustan varios autores como Luciano Lamberti, Federico Falco, Samantha Schweblin, un autor de Almadía que es Tabares… Estoy leyendo mucho a Stephen King, que en un momento yo tenía la idea de que es como mainstream y que no había que leer eso, pero me di cuenta de que es increíble y le dije “chau” a este preconcepto tonto. +