La Biblioteca Pública de Nueva York cumple cien años amenazada por la crisis
La Biblioteca Pública de Nueva York celebra su centenario y lo hace amenazada por un recorte presupuestario que si las donaciones no remedian, reducirá el acceso ciudadano a sus tesoros, entre los que hay desde manuscritos de los poetas Walt Whitman o Jorge Luis Borges a una Biblia de Gutenberg.
"Salva a la Biblioteca del recorte de 40 millones de dólares (28 millones de euros) o solo podremos abrir cuatro días a la semana", señala la campaña que ha lanzado la prestigiosa institución, que el 23 de mayo celebrará una gala para recoger donaciones y asegurar su futuro.
A través de su campaña "Find the future, fund the future (Encuentra el futuro, financia el futuro)" también advierte de que si no consigue donaciones tendrá que cerrar talleres de informática e infantiles o reducir a un tercio sus nuevas adquisiciones de libros o material audiovisual en su red de 89 centros de la ciudad.
Ubicada en pleno centro de Manhattan, en la Quinta avenida, entre la estación de trenes de Grand Central y la populosa Times Square, la Biblioteca Pública neoyorquina alberga en sus fondos más de 50 millones de obras plasmadas en libros y otros documentos, incluidos audiovisuales, y muchos históricos como unas cartas de Cristóbal Colón relatando el descubrimiento del Nuevo Continente.
Para entrar a esta institución, uno de los pilares de la vida intelectual y cultural estadounidense y neoyorquina, hay que subir antes una escalinata flanqueada por las gigantescas estatuas de dos leones, "Paciencia" y "Fortaleza", que Edward Clark Potter (1857-1923) esculpió en mármol rosado de Tennessee.
La fortuna de 2,4 millones de dólares de la época que en herencia el gobernador de Nueva York y aspirante a la Casa Blanca, Samuel Tilden (1814-1886), permitió la creación de la primera biblioteca pública de la ciudad, que ya contaba con otras dos privadas.
Su impresionante edificio central, conocido en todo el mundo por haber sido protagonista de películas como Cazafantasmas o El día de mañana, fue diseñado por su primer director, John Shaw Billings (1838-1913) y construido por el bufete de arquitectos Carrère y Hastings, que lo terminó en 1911 y que costó 9 millones de dólares.
Conocido ahora como el edificio Stephen Schwarzman, es una edificación de arquitectura neoclásica, de gran belleza y que en su día fue la mayor estructura de mármol de Estados Unidos.
Para festejar su primer siglo de existencia, sus actuales dirigentes han decidido hacerlo con una variada exposición de las obras que descansan en sus más de 120 kilómetros de estanterías y que se puede visitar hasta el 31 de diciembre próximo.
Su título es "Celebrando cien años" y en ella se pueden ver desde la primera Biblia editada por Gutenberg y comprada en las Américas, a pequeños carnés de baile del siglo XIX, ejemplares de novelas populares de aquellos años o la letra manuscrita de la popular canción Lover Man del compositor y saxofonista John Coltrane.
Igualmente se puede ver una colección de tabletas de arcilla y en escritura cuneiforme sumeria que datan de 2300 aC y una selección de los más de 740.000 documentos digitales de la biblioteca, los diarios del activista político Malcolm X, algunos manuscritos de Jorge Luis Borges o los diseños de los trajes de las bailarinas del ballet ruso.
Todos esos objetos, incluida una copia de Mein Kampf del dictador nazi Adolf Hitler, y otros de carácter histórico aparecen en la muestra de la institución, cuya dirección quiso desde sus inicios reunir cuanto documento de valor histórico y cultural cayera en sus redes.
Edwin Hatfield Anderson, que dirigió la Biblioteca de 1913 a 1934, resumió ese espíritu diciendo que "si el mismo diablo escribiera un libro, lo querríamos aquí".
Imagen 1: Fotografía de este jueves 19 de mayo de 2011, de un sector de la Biblioteca Pública de Nueva York que celebra su centenario.
Imagen 2: Fotografía de este jueves 19 de mayo de 2011, de la entrada de la Biblioteca Pública de Nueva York que celebra su centenario.
Nueva York, 19 may (EFE)