Todo el mundo termina por regresar a Berlín

A un año de mi primera visita al prestigioso Festival de cine de Berlín, la fortuna me sonríe nuevamente y regreso a ser testigo de la edición número 63 de uno de los eventos más antiguos de este tipo. Con menos frío que hace 365 días, la capital de Alemania me recibe con una impresionante tormenta de nieve que pinta la ciudad de blanco para después detenerse y dejar una postal impresionante. Al parecer esa imagen, además de significar el inicio de la temporada de festivales en Europa, hace que todo aquel que venga alguna vez a la Berlinale termine por regresar.

Tal es el caso del realizador texano Richard Linklater que aterriza de nuevo en la selección oficial con su nueva película Antes de la medianoche. Imposible de definir a nivel de género, la nueva entrega del director norteamericano es la tercera parte de una curiosa trilogía que reencuentra a dos personajes emblemáticos (la bella estudiante francesa Celine interpretada por Julie Delpy y el escritor estadounidense Jesse encarnado por Ethan Hawke) que se enamoran en el tren de Budapest a Viena y que pasan la noche en la capital austríaca platicando y conociéndose.

A casi 18 años de su primer encuentro –Antes del amanecer, 1995-, y tras el reencuentro en Paris que significó Antes del atardecer, 2004, los personajes reaparecen en el cierre de la trilogía que los encuentra como pareja en la Grecia contemporánea que es azotada por la crisis. Como no podría ser diferente, la nueva cinta es una demostración más del extraordinario trabajo de dirección de Linklater que le mereció en el 95 el oso de plata como el mejor realizador de la Berlinale en aquel año.

Dueño de un estilo único y particularmente talentoso para el plano secuencia y los largos diálogos de sus protagonistas, la obra del oriundo de Houston es una colección de reflexiones filosóficas y morales sobre la vida que no sólo en esta trilogía (sirvan como ejemplo también Despertando a la vida, 2002, y Una mirada a la oscuridad, 2006 adaptación de la novela de Philip K. Dick) consiguen atrapar al espectador en un ritmo único y envolvente.

A cuadro todo parece natural y, los dos amantes que finalmente consuman su pasión y se convierten en pareja en este último eslabón de la cadena, continúan argumentando y discutiendo como si la cámara no estuviera ahí. Y es justo en ese punto, en el momento en el que el trabajo de un director parece invisible, en el que se vuelve más interesante y meritorio.

De regreso a Berlín, igual que Richard Linklater, Ethan Hawke y Julie Delpy, entiendo que la lógica de casi todo lo que hacemos se compone de ciclos que se van cerrando y abriendo y que parecen formar parte de un guión escrito por un autor hace mucho tiempo.

Escuchando la ovación que recibió la cinta en la proyección de prensa es factible que al director le toque un nuevo premio. Si no sucede no pasa nada. Él ya está contento de estar de nuevo en la Berlinale.

Por aquí nos seguimos encontrando.

Saludos desde Alemania.
@elmoremorenoFernando Moreno es conductor de El cine y… en Ibero 90.9 fm

Imagen: Fotograma de la película Antes de la medianoche de Richard Linklater.
Mascultura 14-Feb-13