George Harrison, el mal llamado “Beatle callado”
Pese a no saber interpretar partituras y tener como instrumento base a la guitarra, George Harold Harrison French llegó a dominar más de 25 instrumentos musicales
tales como el sitar, bajo, ukelele, mandolina, violín, tambura, dobro, el órgano, piano, el sintetizador Moog, la harmonica, el autoharp, el glockenspiel, el vibrafono, xilófono, claves, congas y el Jal-Tarang -un instrumento hindú compuesto por tazones de cerámica o metal con diferentes afinaciones-.
Hoy se cumplen quince años de su partida y aunque fue parte del emblemático cuarteto de Liverpool, quizás fue el más desconocido e ignorado, pero no por ello dejó de tener un papel importante en el grupo y contribuyó al universo musical gracias a la personalidad introspectiva y discreta que poseía.
Con todo y de que Harrison no era el compositor principal del grupo, conforme fueron pasando los años, sus canciones empezaron a competir en calidad con las propuestas que ya tenían tanto John Lennon como Paul McCartney tales como Something y Heres Comes The Sun que se convirtieron en dos de sus temas más conocidos, además de contar con otras más como lo fueron If I Needed Someone, I Want to Tell You, Think For Yourself, Savoy Truffle, The Inner Light, I Me Mine o For You Blue, entre otras. Además, el guitarrista se convirtió en 1970 en el primer Beatle en alcanzar un número uno en las listas de ventas tras la separación de la banda. Fue con My Sweet Lord, incluido en su álbum 'All Thing Must Pass'.
A pesar de someterse a agresivos tratamientos en Suiza y Nueva York debido al cáncer terminal que padeció, George organizó un encuentro con Paul y Ringo para despedirse en paz, e hizo lo propio con su hermana Louise con quien mantuvo en el pasado numerosos enfrentamientos. Olivia, mujer de Harrison, recordó que McCartney tenía una villa en Los Ángeles y este se la ofreció de inmediato. Su esposa y su hijo Dhani, que le ayudó a terminar algunos proyectos profesionales, estuvieron con él hasta el último día, un triste 29 de noviembre de 2001. Hasta el último suspiro, y en la intimidad del momento, conservó un sentido del humor que no siempre estuvo reconocido públicamente.
Te extrañamos, querido George.
MasCultura 29-nov-2016