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Para honrar la memoria de Virginia Woolf

Para honrar la memoria de Virginia Woolf
Jueves 28 de marzo de 2019

Virginia Woolf es una de las escritoras más notables del siglo XX. Una de sus mayores virtudes en su narrativa de ficción fue su capacidad para hacernos conocer la intimidad de la conciencia de sus personajes, y en su prosa en genera también era dueña de una lucidez cristalina, reveladora y por momentos tan directa que podía herir las susceptibilidades de una sociedad acostumbrada a obligar a las mujeres a reprimir sus pensamientos o, al menos, a poner un velo sobre ellos.

Adeline Virginia Stephen nació en Londres el 25 de enero de 1882, tercera de cuatro hermanos. Su padre era sir Leslie Stephen, un destacado crítico literario, historiador y también alpinista famoso. Su madre, por su parte, Julia Duckworth, era miembro de una familia de importantes editores.

Pero no todo era miel sobre hojuelas. Además de sus hermanos tenía tres hermanastros, hijos del primer matrimonio de su madre. Por lo que se infiere de sus relatos biográficos, padeció abusos sexuales de dos de ellos. Su desconfianza hacia los hombres fue, pues, perpetua. Algunos biógrafos explican así su inclinación romántica por las mujeres.

Desde los 13 años de edad, cuando perdió a su madre, padeció trastorno bipolar. Aunque los episodios eran intermitentes y espaciados al inicio, fueron cada vez más intensos y frecuentes a lo largo de su vida, que consagró a escribir.

Se casó con Leonard Woolf, con el que sí compartió una relación de amor, y quien le proporcionó lo posible para hacer su vida feliz y ayudarla a realizarse como escritora. Sin embargo, sus episodios de depresión y su inestabilidad mental la llevaron al suicidio en 1941.

Precursora del feminismo

Virginia era una escritora brillante, pero vivía en un mundo mucho más adverso para la mujer que el actual. La igualdad laboral y de oportunidades no sólo era casi inexistente, sino que para la sociedad victoriana era incluso moralmente reprobable. En la rígida formación de esa sociedad, Virginia alzó su voz en un ensayo famoso, en el que dijo que

Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción.

Evidentemente, su frase vale para todo intento de autorrealización de la mujer, dado que son las herramientas básicas que todos los hombres de todas las épocas han tenido para poder realizarse. Por eso, esas exigencias formuladas con delicada pero firme diplomacia aún sigue inspirando al feminismo y explica las dificultades de la mujer por abrirse paso en el mundo de la escritura.

Procurar que las mujeres tengan estos recursos contribuye a la igualdad, en términos que honran la memoria de la gran Virginia Woolf.