La española Rosa Montero viaja al futuro para contar una historia de supervivencia

Rosa Montero lleva ya más de tres décadas como novelista y para celebrar la madurez literaria se traslada en su nueva novela, "Lágrimas en la lluvia", al futuro, al año 2109, para contar una historia de lucha y de supervivencia y recrear un mundo injusto e intolerante, muy similar al actual.

"La madurez literaria pasa por la conquista de la libertad interior y por dejarte traspasar por las historias que necesitas escribir sin más consideraciones", asegura Montero en la entrevista,  que tiene lugar en su nueva casa de Madrid, junto al parque del Retiro, y en la que comenta las claves de este "thriller" futurista, publicado por Seix Barral.

Con su obra traducida a más de veinte idiomas, Montero (Madrid, 1951) suele dar un giro de 180 grados en cada una de sus novelas y el cambio de rumbo que supone su nuevo libro, pura ciencia ficción, no defraudará al lector.

La autora dibuja en sus páginas un mundo imaginario, "coherente y poderoso", y crea un personaje destinado a figurar entre los mejores de esta novelista, el de la detective Bruna Husky, una replicante llena de ansias de vivir y, al mismo tiempo, "obsesionada por la muerte y por el paso del tiempo".

Montero suele tardar unos tres años en cada libro y cuando publicó su anterior novela, "Instrucciones para salvar el mundo", en 2008, calculó que el próximo la "pillaría" ya con 60.
"La gente a esa edad se prejubila y se compra una casita en Torrevieja. Y yo, en vez de eso, lo que quería era construirme un mundo imaginario donde poder escribir una serie de novelas". Y así nació "Lágrimas en la lluvia", "una celebración del placer de escribir y de leer". Y un homenaje a la película "Blade Runner", de Ridley Scott.

La autora de obras como "La hija del caníbal" (Premio Primavera), o "La loca de la casa" (Premio Grinzane Cavour) es gran aficionada a la ciencia ficción y, de hecho, tiene una novela de ese género: "Temblor", publicada hace 21 años.

"La ciencia ficción, como la fantasía, son maneras metafóricas de expresar este mundo", comenta.

Su nueva novela iba a ser algo "alegre, de celebración", pero cuando apenas llevaba unos meses escribiéndola, su marido, el periodista y escritor Pablo Lizcano, enfermó y murió en mayo de 2009.

Rosa Montero suele decir que "el dolor es inefable", pero en esta novela logra ponerle nombre al sufrimiento. "En realidad es un libro sobre la mayor tragedia del ser humano, que consiste en morir tan pronto cuando se ama tanto la vida".

"Me costó muchísimo seguir con la novela tras la muerte de Pablo y, si lo hice, fue por la fuerza de la protagonista, el personaje más cercano a mí misma de cuantos he creado", afirma Montero, que le ha prestado a Bruna Husky "muchas cosas", incluido el nombre.

Y es que la novelista frecuentaba hace seis años "Second Life" y su avatar en ese mundo virtual era "Bruna Husky". A raíz de esa "divertida experiencia" utilizó "esa identidad muchas veces". "Es lo más próximo que he tenido a un heterónimo en mi vida", asegura Montero, seguida muy de cerca por sus dos perras: Bruna y Carlota.

En ese mundo imaginario que traza Rosa Montero, ciñéndose a las estrictas reglas de la ciencia ficción, ya no hay diferentes países sino los Estados Unidos de la Tierra. Es el año 2109 y aumenta el número de replicantes que enloquecen y mueren de repente. A Bruna Husky le tocará averiguar qué hay detrás de esas muertes.

La detective se relacionará con humanos y también con alienígenas, mutantes y toda una galería de seres extraños.

"En mis novelas siempre hay una reivindicación del monstruo, quizá porque todos nos sentimos un poco monstruos", asegura.

La escritora presenta en su novela "un mundo muy creíble", "esencialmente injusto" y en el que los humanos y replicantes estaban "en manos de los políticos más incompetentes que ha tenido la humanidad". Es decir, muy parecido a la situación actual.

No obstante, Montero es "optimista" y, aunque el siglo XXI "va a ser muy complicado", cree que "la tendencia a las supranacionalidades, a superar el horror de las banderas que tanta sangre ha producido, y la tendencia al laicismo" son muy positivas.

Madrid, 16 mar (EFE).