Un fulgor entre las tinieblas: LIBERACIÓN, de Sándor Márai

Por ahí cuentan que las cosas ya se han retorcido en un tremendo nudo ciego y que ya no hay marcha atrás. Cuentan que este momento ya hiede su podredumbre añejada desde hace varios años. Sin embargo, también pareciera que de entre tanta descomposición, hay algo que le sobrevive tenuemente. Una pequeña esperanza como en tiempos de guerra, o en tiempos aciagos, como los nuestros. Dicen, también, que lo último que muere es la esperanza, pero uno nunca sabe dónde queda la línea final. Erzsébet, una joven estudiante de biología, cierto día se ve en la necesidad de no llegar nunca a esa meta que simboliza la derrota.

Sándor Márai, en su novela Liberación, cuenta la lucha que Erzsébet tiene que afrontar tras los constantes bombardeos y la incertidumbre que acechan Budapest. Temerosa por lo que representa la presencia de alemanes y militantes de la Cruz Flechada se esconde en un sótano con otros sobrevivientes, después de buscar un refugio para su padre, científico que es perseguido por disentir de la política fascista imperante en la Hungría de aquella época.

Durante ese tiempo de pesada espera y permanente miedo, Erzsébet, junto con el resto de los refugiados, aguarda el desenlace de la impaciente guerra que explota sin cesar afuera del sótano donde se resguardan.

La Segunda Guerra Mundial es conocida como la herida más profunda del siglo XX, cuyas secuelas fueron devastadoras. No sólo en el terreno geográfico que padeció la hecatombe, sino también en la práctica vital de las personas y el pensamiento. En Liberación, Budapest va degradándose conforme el contraataque avanza. Las personas ya no confían entre sí y el hambre, la sed y las necesidades más básicas se vuelven un incentivo de intercambio. Erszébet y sus compañeros sobrevivientes permanecen hacinados en su refugio lleno de un aire viciado y una atmósfera de miedo.

El fulgor que se mantiene con muchas de esas personas, entre ellas la joven estudiante de biología, recae en la llegada de los rusos. El Ejército Rojo representa el fin de la guerra y el inicio de algo nuevo, la liberación y la paz. Con esa aura envuelven a las fuerzas que avanzan lentamente, a ellos confinan su larga espera de salvación.

Liberación es un contraste entre la razón y los motivos irracionales, esos que surgen imprevistos desde el centro de nuestro ser. ¿Alguna vez ha tenido un impulso que lo lleve a actuar sin mediar consecuencias con la corazonada de que todo saldrá bien? Uno de esos motivos que alientan a uno a hablarle a la mujer bonita del metro o al galán que sonríe sin razón alguna. En esta novela, esas corazonadas son una señal que se palpan entre la vida y la muerte. Son los coqueteos de la esperanza en un terreno hostil.

Sándor Márai nos comparte una visión de las ilusiones que se tenían en el enfrentamiento militar. ¿Qué es lo que le ha sobrevivido desde entonces? Las guerras continúan, las muertes por negligencias y caprichos políticos son el pan de cada día y esta triste realidad no nos es ajena. ¿Cuáles son sus esperanzas, estimado lector, en medio de la sombra que comienza a devorar el horizonte?

Por: Rolando Ramiro Vázquez Mendoza.

Imagen: Portada del libro Liberación de Sándor Márai.
Mascultura 8-Oct-12