Peregrinar entre el infierno; LA FILA INDIA, de Antonio Ortuño

Habrán escuchado a algunos decir que la felicidad se encuentra en el norte. Quizá no para Latinoamérica, aunque así sea crea en demasía. Y, si así fuere, antes tendría que cruzarse el infierno.

No basta con los cientos de miles de mexicanos asesinados que dejó la guerra contra el narcotráfico el sexenio pasado y la cuenta que aumenta imparablemente en estos recientes años; no basta con los miles de desaparecidos ni con los casos impunes de violaciones y feminicidios. El lamentable currículum de asesinatos en México se desborda, también, contra los migrantes centroamericanos que se ven en la necesidad de pasar por nuestro país.

"La fila india" (Océano, 2013), de Antonio Ortuño, nos habla del pequeño poblado de Santa Rita ubicada en el culo del mundo. Ahí, un grupo de migrantes centroamericanos que escapó del tren que los transportaba al norte se halla refugiado en un albergue de la Comisión Nacional de Migración (Conami). Sin embargo, encubiertos por la noche, varias personas arremeten contra el lugar y lo incendian. La atrocidad despierta el interés mediático y la prensa. Muertos. Heridos. Irma, la Negra, una mujer delgada, cancela su viaje a Disneylandia, para dirigirse a Santa Rita, junto con su hija, como parte de su trabajo en la Conami. Una vez allá, la Negra se verá inmersa en una serie de descubrimientos que la pondrán severamente en peligro.

Esta última novela de Antonio Ortuño, reconocido por la revista Granta como uno de los mejores narradores jóvenes en español, es un golpe de descarnada realidad. "La fila india" nos sumerge a una Santa Rita custodiada por varias bandas criminales que comercian con migrantes centroamericanos, en el mejor de los casos, pues, cuando éstos desobedecen a los vándalos u osan escapar, son cazados hasta acabar con ellos. Así es el caso de Yein, una joven de veintidós años, proveniente de El Salvador, quien busca vengarse después de haber sido torturada y violada. Varada en Santa Rita, entabla confianza con La Negra; pequeño problema que eso acarreará.

Antonio Ortuño nos acerca a una situación que vive México como uno de los pasos necesarios para todo migrante centroamericano. Aquí, sin que las diferencias sean, a veces, notorias, los mexicanos tratan con desprecio a los extranjeros del sur, los calumnian y humillan, como hace el padre de Irmita, hija de la Negra. ¿No les parece que el racismo no es exclusivo únicamente de los blancos?

En "La fila india" nos observamos a nosotros mismos, como un microscopio a nuestro propio centro, porque Santa Rita es también varias partes de México por donde pasa La Bestia, por donde llegan migrantes a buscar un refugio temporal, un poco de dinero para sobrevivir un día más y alcanzar la frontera después si antes no son engullidos por las fauces del infierno para ser dejados, al final, en una fosa común, en una construcción abandonada, en otro San Fernando.

Corrupción y asesinatos transitan como parte de la comitiva burocrática en Santa Rita. "La fila india" pone un dedo en la llaga y rasca las atrocidades que duelen, y porque duelen no deben hacerse menos.

Por: Rolando Ramiro Vázquez Mendoza.

Imagen: Portada del libro "La fila india", de Antonio Ortuño.
Mascultura 08-Ene-14