David Bowie, el rey Goblin, en LABERINTO

Imaginemos que el Rey Goblin amaneció de buenas y dispuesto a concedernos un deseo, para que el hermano menor deje de llorar eternamente. Por muy de buenas que haya amanecido no dejará de aprovechar la oportunidad de enseñarnos algo: hay que tener cuidado con lo que queremos.

Dejemos que todo se encamine a un reino alucinante, donde se mezclan Alicia en el país de las maravillas, la mitología pagana de Europa y una de las imaginaciones más valiosas del siglo XX, a la par del mismísmo George Mèlies, creador del vertiginoso Viaje a la luna, la película inaugural del cine fantástico y de ciencia ficción. Se trata de la imaginación de Jim Henson, director de Laberinto, quien creó una película bien apreciada generacionalmente pero que merece ser redescubierta.

Dentro del cine de fantasía adolescente de fines del siglo XX, Laberinto ocupa ya un lugar privilegiado, no sólo por su anécdota, que de tan simple da espacio a muchos niveles de lectura. Tenemos además a Henson, que nos llevó de la infancia a la etapa adulta con un discurso visual sin el cual no comprenderíamos el lenguaje de imágenes de Laberinto, que circula a cientos de kilómetros por hora más rápido. A su lado, el rostro y la voz de David Bowie, intérprete en el sentido más amplio del término (aunque no se piensa en él cuando de grandes histriones se habla, cósmica injusticia). Luego aparece Jennifer Connelly en el papel del ángel que enamora al Rey Goblin a través de juego erótico con el que se negocia la liberación del hermano menor secuestrado en un castillo inalcanzable.

Jim Henson, creador de las botargas y marionetas que en la película construyen una realidad alterna, fue uno de los autores del guión de Laberinto, oscura fábula erótico-fantasiosa musicalizada por el ingenio del Rey Goblin (Bowie en carne y hueso). Si bien los efectos especiales de la película, creados y dirigidos por el propio Henson, le deben a Mèlies su origen, en Laberinto alcanzan niveles que después la tecnología, en su profana pero activa perfección, se vio obligada a superar.

Laberinto es la última película dirigida por Jim Henson, pero probablemente sea también la última película importante con efectos especiales mecánico-ópticos, la última antes que las imágenes generadas por computadora se quedaran con la corona del Rey Goblin.

Por: Erick Estrada www.cinegarage.com

Laberinto de Jim Henson en Gandhi