GOETHE Y SCHILLER. HISTORIA DE UNA AMISTAD de Rüdiger Safranski

No se los queríamos decir pero alguna vez dos escritores lograron ser amigos. Y dos de los grandes. No es un rumor. No son los papás. Hay documentación. Y Rüdiger Safranski está dispuesto a ponerla sobre la mesa.

Uno es Johann Wolfgang Goethe. El otro, Friedrich Schiller. La diferencia de edades era de apenas una década, pero cuando se vieron por primera vez en Stuttgart en 1779 la distancia entre ambos parecía abismal: Goethe era en ese momento el máximo representante de la idea de “genio”, el autor de Werther, el alto funcionario del ministerio en Weimar. Schiller era un joven estudiante obsesionado con el éxito, un desastroso actor y, sin embargo, el chico que tenía bajo la manga una obra teatral –Los bandidos-, capaz de catapultarlo a la fama.

Antes de ser amigos, pensaban lo peor uno del otro. A Goethe, Schiller le recordaba su propia etapa Sturm-und-Drang, que creía haber superado. A su vez, Schiller pensaba que Goethe era “una mojigata orgullosa a la que habría que dejar embarazada para humillarla ante el mundo”. ¿Cómo llegaron de ese rechazo mutuo a una amistad tan sólida que ante la muerte de Schiller, el autor de Fausto confesó: “Pensé que me perdía a mí mismo, y lo cierto es que pierdo a un amigo, y con él, la mitad de mi existencia”

De eso trata este libro, pero si he de contarles algo, el tráiler comenzaría con dos escapes.

Goethe, no lo olvidemos, estaba al servicio del duque de Weimar, en funciones tan sorprendentes como el área militar y la comisión de finanzas. Schiller, por su parte, era médico de regimiento y para representar alguna de sus obras tenía que pedir permiso al duque (una situación complicada si tenemos en cuenta que Los bandidos era rica en arengas contra los déspotas, los nobles y ese tipo de gente que podía ser identificada con el duque). Esta situación de asfixia hizo que cada uno por su lado decidiera darse a la fuga a la elegante manera de un par de malhechores. Goethe escapó de Karlsbad a las tres de la madrugada (“a hurtadillas, pues de otro modo me lo habrían impedido”) rumbo a Italia. Schiller, mientras tanto, aprovechó una estruendosa celebración con pirotecnia en la ciudad para que su huida de Stuttgart a Mannheim pasara inadvertida.

Dichos escapes depararon a Goethe y Schiller notables transformaciones en sus maneras de ver el arte. Y es al regreso de Goethe a Weimar cuando los dos tienen la oportunidad de verse por segunda vez e iniciar una serie de encuentros y desencuentros que conducirían al feliz verano de 1794, momento fundamental en la vida de ambos. En ese año, Goethe observa un mundo literario que ya no se interesa en sus obras y Schiller padece la ironía de ser amado por un público ante el cual no quiere sucumbir. Una encendida conversación en casa de los Humboldt, los hace sentirse entusiasmados el uno con el otro. Aunque mantienen posturas muy distintas, el diálogo los estimula. “Así”, escribiría Goethe más tarde, “sellamos una alianza que ha durado sin interrupción y ha producido algunas cosas buenas para nosotros y para los otros”. (En nuestro tráiler imaginario éste es el instante en que se escucha a lo lejos “With a little help from my friends”).

¿Una breve relación de las “cosas buenas” provenientes de aquellos años? María Estuardo, La doncella de Orleáns, Guillermo Tell, Wilhelm Meister, Hermann y Dorothea, La hija natural. Casi nada.

Rüdiger Safranski –el brillante biógrafo de Schopenhauer, Nietzsche y Heidegger– ha sabido entrometerse en la correspondencia de estos dos monstruos de la literatura, y ha podido extraer de ella, no sólo una biografía compartida sino también una lúcida descripción del luminoso periodo alemán que va de finales del XVIIl a principios del XIX (labor nada menor, dado que en ese momento se llevaban a cabo algunas de las más apasionantes discusiones estéticas de las que se tenga noticia). Ese encuentro entre el pensamiento de la época y las desazones personales de dos genios resulta admirable para comprender a fondo qué unía a Goethe y a Schiller, uno con demasiada experiencia y el otro, con demasiados conceptos. Sin embargo, a mi parecer, la mayor virtud de este libro, a la par de su rigor documental, es su solvencia narrativa: contar la historia de una amistad con la misma emoción, sentido de la peripecia y humor que si se tratara de una novela. Y una de las buenas.

Por: Eduardo Huchín

Goethe y Schiller. Historia de una amistad de Rüdiger Safranski en Gandhi.

Aquí la línea de tiempo digital de 'Goethe y Schiller'.

Imagen: Portada del libro Goethe y Schiller. Historia de una amistad de Rüdiger Safranski.
Mascultura 8-Feb-12