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FUNNY GAMES: violencia por naturaleza

El ser humano es violento por naturaleza. La sed de sangre que un humano desarrolla a lo largo de la vida se manifiesta en formas oscuras, retorcidas, escondidas. Hay, sin embrago, unos cuantos que son capaces de admitir esa cara violenta y que deciden mostrarla a los demás. Hay también diferencias sustanciales incluso entre los pertenecientes a esa secta. Unos se deciden a mostrar su rostro violento y agresivo de maneras explosivas y satisfacer esa sed de manera instantánea, casi al nivel de la eyaculación precoz. Hay otros que buscan el refinamiento del plato violento que cenan cada año, o cada mes, o cada semana, probablemente diario.

Esa parece ser la reflexión del gran Michael Haneke para desatar a los dos perros asesinos en sus dos versiones de Funny Games, ese par de refinados muchachos que se acercan a la casa de campo  de una familia normal, común y corriente. Son dos chicos sin nombre, a veces son Pedro y Pablo, a veces algo distinto, a veces nada. Pero siempre son dos sabuesos de colmillos largos que están aquí para retar a esa normalidad burguesa endiosada hasta por quien no la disfruta ni se beneficia de ella. Son las dos bombas de humo que marean, provocan y desaparecen.

El éxito de la primera versión de Funny Games (1977) hizo que Hollywood pidiera a Haneke una nueva versión 10 años después y entonces, la Funny Games (2007) con Tim Roth y Naomi Watts revivió el horror de esos dos cazadores de emoción, de esos dos hambrientos dandis vagabundos, hambrientos de horror, de sangre, de golpes; deseosos ambos de hacernos cómplices de su carrera contra la vida. Ambos nos hablan directamente, nos llaman, nos ven, nos sienten y por ello la cámara no es una frontera sino un portal a través del cual se comunican con nosotros y nosotros simpatizamos sin querer ni darnos cuenta con ellos. Su carrera es contra la vida porque al contrario de los violentos que estallan y desaparecen, estos dos malabaristas de la violencia alargan sus actos, meten reversa, nunca se apresuran, porque saben que el desenlace de todo es la muerte de sus juguetes humanos. Su carrera es contra la vida, la vida que les resta a sus víctimas.

Encuadre a encuadre, palabra a palabra, cada movimiento de cámara es preciso, inmejorable. Estos dos oscuros relatos -solamente posibles en la civilización occidental de nuestros días- están plasmados con la frialdad de un asesino en serie que aquí se llama Michael Haneke y que, con la primera versión plasmó su gélida firma; con la segunda dejó claro que lo hará cuantas veces sea necesario para que nos demos cuenta de algo que él sabe desde siempre, que el ser humano es violento por naturaleza.

Por: Erick Estrada www.cinegarage.com

Funny Games (2007) de Michael Haneke en Gandhi

Imagen 1-2: Portada del DVD de Funny Games de Michael Haneke
Mascultura 07-Sep-11