ESCUELA DE VAGABUNDOS: La comedia que olvidamos

La comedia de enredos. El melodrama. La dosis de romance. La estrella popular. Las actrices guapas. Los comediantes de primer nivel. El director que sabe exprimir el jugo de esta maravillosa receta. Escuela de vagabundos es una película que muy probablemente hemos visto hasta la saciedad en la televisión pero que, por las mencionadas y otras valiosas razones, más vale que entre a la filmoteca familiar y sea repasada y estudiada tantas veces como se pueda.

Pedro Infante en uno de sus mejores momentos se vuelve inmortal en el papel de un vagabundo que de repente aparece en la casa de una familia a la que poco, muy poco, le falta para ser surreal… porque irreal ya lo es. Y en los enredos de los personajes es donde se encuentra la médula de una comedia deliciosa que, digámoslo de una vez, pierde todo su tempo cuando se le imponen cortes comerciales.

El autor de la historia de Escuela de vagabundos es Jack Jevne, experimentadísimo en la comedia ligera norteamericana desde los orígenes mismos del cine y que, entre otros, ejercitó la de enredos con personajes como Stan Laurel y Oliver Hardy: El Gordo y El Flaco que tantas matinées amenizaron en la televisión sabatina. Por si eso fuera poco, hay que agregar el guión que sobre esa historia elaboró otro grande del cine, el escritor y director Fernando de Fuentes, cuyo currículum se pasea por nombres como ¡Vámonos con Pancho Villa! y Doña Bárbara, con la diva María Félix.

Agregar nombres como los de Miroslava y Blanca de Castejón, Óscar Pulido y Óscar Ortíz de Pinedo, Fernando Casanova y Liliana Durán, Anabelle Gutiérrez y Eduardo Alcaraz, puede llegar a abrumar a muchos que saben de su calibre. Este grupo de actores de primer nivel en una producción sencilla pero con una efectividad que hoy en día ni se sospecha en las comedias mexicanas, hace obligatorio estudiar las situaciones, los diálogos, los movimientos y las improvisaciones que se dejan en la pantalla. Es sin duda una de las mejores comedias en la historia del cine mexicano, tanto que el guión se retomó después para agregarle dosis de picardía sesentera y entregarle el bombón a Mauricio Garcés. El resultado fue El criado mal criado, un clásico incomprendido del cine nacional.

No hay desplantes visuales electrizantes ni una producción grandilocuente. La comedia de enredos de la llamada Época de Oro del cine mexicano nunca necesitó de ello. Y sin embargo, es una película coherente y a veces hasta elegante, clara y con un ritmo endemoniado que, ustedes perdonarán la insistencia, se rompe por completo cuando la televisión y sus manías entresacan inmisericordes cortes. Así, en casa, en dvd, puede apreciarse el estupendo trabajo de guión, edición y actuación. A muchos escritores del cine mexicano actual no les vendría mal repasarla. Nosotros podemos hacerlo ya.

Por Erick Estrada www.cinegarage.com

Imagen: Fotograma de la película Escuela de Vagabundos.
Imagen: Cartel de la película Escuela de Vagabundos.
Mascultura 28-Jun-12