EL INCREÍBLE VIAJE DE LA ABUELA: Las anécdotas de una anciana aventurera que no tiene miedo de nada ni de nadie

A los abuelos basta con darles cuerda, son como cajitas musicales: cuando no se la pasan tarareando sus canciones favoritas de antaño, se sueltan a contar historias anecdóticas que más bien suenan a audiolibro fantástico. En una misma tarde te hacen saltar de la risa al enojo, de la reflexión al ensueño. En sus historias es complicado distinguir dónde termina el recuerdo y dónde empieza la fantasía, porque la mayoría de las veces ni siquiera ellos lo saben.

Lo único medianamente seguro es que, si al final del relato te notan muy triste, te obligarán a comer doble postre. Sus cuentos pueden tener moraleja, pero no es la regla… ¡al contrario! Para estropear a un niño no hay personaje más eficaz que un abuelo irreverente, de esos a los que les encantan los eventos concurridos porque así sus historias más atrevidas consiguen poner rojos a más de cinco en la fiesta. Lo cierto es que en las conversaciones privadas entre abuelos y nietos, algo siempre pasa que al final del día las historias se vuelven inolvidables.

La abuela Rosa no es la excepción a lo dicho. A su nieto le encanta escuchar sus anécdotas. Es una anciana aventurera que no tiene miedo de nada ni de nadie. Ni siquiera de las arañas venenosas. O eso dice. Pero ¿cómo no creerle a una abuela todo terreno que ya le ha dado siete vueltas al mundo? Ha visitado la selva del Amazonas, la Muralla China, el Polo Norte. Ha enfrentado plantas carnívoras, tigres, osos, piratas, ballenas. Es una abuela tan osada, que con sólo un paraguas le ha salvado la vida a perritos y elefantes. No por nada su nieto siempre espera ansioso que regrese de cada viaje, para escuchar los detalles de la aventura y ver las fotografías que la abuela Rosa guarda en su maleta.

De las fotos ni les platico: mejor descúbranlas al hojear el libro El increíble viaje de la abuela de Davidé Cali y Anna Laura Cantone.

Por: Karen Chacek

_{Imagen 1-2: Portada e interior del libro El increíble viaje de la abuela de Davidé Cali y Anna Laura Cantone.
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