Poemas y textos experimentales fundados con el realismo sucio

Durante los años 60, la generación beat era definida como personajes de una espiritualidad singular que, en lugar de andar en grupo, eran Bartlebies solitarios que contemplaban el mundo desde el otro lado muertos de la civilización. Ante tal definición, jóvenes bonaerenses se sentían identificados en aquel entonces mientras paseaban por lugares como el bar El Moderno. Ahí intercambiaban poesías, escribían manifiestos con ideas muy irreverentes y poco comunes en aquellos años, esbozaban publicaciones -como Opium y Sunda- y deambulaban por los confines más inexplorados de la ciudad.

Muchos de estos textos fueron ignorados por la crítica. Sin embargo, lograron ser cultores de la prosa espontánea, autoreferencial y divagante, desarrollada por gente como Allen Ginsberg y Gregory Corso. Argentina Beat es un libro editado por Federico Barea y sirve como testimonio de una época y como material ineludible para todos aquellos fanáticos del movimiento Beatnik.

¿Qué podemos encontrar dentro de Argentina Beat? En primer lugar, se empapa de la obra de un grupo de escritores marginales para el canon literario de la época. Muchos, quedaron en el olvido. Otros, lograron progresar en el periodismo o en otra actividad distinta a la literatura. Algunos se recluyeron en el ostracismo. Uno se adentra en la historia de dos grupos en especial: Opium y Sunda, que generaron revistas, grupos de lectura y actividades contraculturales que desafiaban a la sociedad de la época. Al mismo tiempo, al abordar los textos, aparece una diversidad de géneros, estilos y voces narrativas más que atractivas. Allí encontramos poesías, novelas inconclusas, diarios íntimos, cuentos y textos experimentales casi surrealistas. En los manifiestos de la revista Opium se aborda un poco el espíritu de estos personajes: “Nos conocimos en revistas, en bares, en confusas reuniones a las tres de la mañana”. Aparece la marihuana y la lisergia, también la música (sobre todo el jazz y la bossa nova) haciendo la banda sonora de estas piezas cuando uno las va leyendo. Los textos de los autores están intercalados con breves biografías que contextualizan y devuelven al presente el pasado sombrío de estos escritores.

“GRUPO OPIUM

CINCO MANIFIESTOS

Asomados a la confusión de Baires, nuestro pan cotidiano, sintiendo 25 todo el peso del hemisferio sur del caos, aparecemos nosotros y opium; nosotros (sátiros-cínicos-borrachos-enamorados hijos de la decadencia de Occidente) gritando y cantando con dedos manchados de nicotina apuntando; nosotros amigos hasta que dejemos de serlo (entre tanto nos dedicaremos poemas); nosotros oliendo nuestro propio aliento alcohólico.
Nosotros: OPIUM.

OPIUM dando a conocer poesía: poesía de nosotros, de ustedes, de ellos; la de los desarraigados de la realidad armamentista, de los humillados por los Quesos de la Cultura y los Sicarios del Bien; de los que sentados en los semáforos escriben poemas y cartas a los físicos atómicos. Poesía de los asombrados, de los alucinados que se fueron dejando un vómito en nuestra puerta.
Estamos unidos porque creemos comprendernos; al menos lo intentamos.

Nos conocimos en revistas, en bares, en confusas reuniones a las tres de la mañana. Nos conocimos orinando juntos en baños donde leímos que Perón o Tarzán nos salvarían; nos miramos a los ojos y sonreímos: ninguno quería ser salvado.
Habrá quienes esperen las archiconocidas definiciones, las que suelen dar los escribas cuando deciden mostrar sus narices por las calles. Por nuestra parte no las daremos porque opium es Poesía, no una lata de sardinas. Sí… estamos con “los de abajo”… porque no tenemos $$. Si los tuviéramos… no sabemos, no sabemos. De cualquier forma los comprendemos. Y los apoyamos. ¿En qué creemos? Unos en nada, otros en todo; alguno desearía creer en algo… En fin, no interesa en realidad: es cosa nuestra.

Fundamentalmente tenemos un compromiso ineludible con nuestra vida por haber tenido la discutible fortuna de nacer y queremos vivir y seguir caminando, bebiendo, odiando, amando o, simplemente, ocupando espacio. En alguna oportunidad, tal vez ataquemos (porque solemos ser valientes cuando no tenemos miedo). Pero siempre nos defenderemos, nosotros, mudos hasta ahora y gritaremos para intentar romper esquemas y nos negaremos a escuchar a Sputnik y ex asociados, Coca-Cola, el 150 y los anteriores y/o posteriores, tv, Cleopatra, L’Osservatore, etc., etc. Algunos de los que hayan llegado hasta aquí sin ponerse histéricos opinarán que lo que pensamos lo podemos “decir” con la Poesía: es lo que tratamos de hacer (y no solo lo que pensamos, sino lo que sentimos, intuimos, percibimos apenas y lo que no) a pesar del trabajo que nos da…

En OPIUM la poesía es el hecho fundamental. ES. Nosotros, buscadores, eternos buscadores, decimos como René Char: “La Poesía me robará mi muerte”. Quisiéramos decir algo más. Pero tememos…, tememos…

OPIUM, Octubre 1963”

Argentina Beat: Derivas literarias de los grupos OPIUM y SUNDA / Federico Barea / Caja Negra

MasCultura 06-feb-2017