Noir Gourmet: Las 10 mejores películas del cine negro clásico

Noir Gourmet: Las 10 mejores películas del cine negro clásico
Hilario Peña 

En esta lista dejé fuera el neo-noir más reciente para centrarme en el cine negro clásico. Me refiero a esas películas de los años veinte a los cincuenta, dotadas de diálogos filosos y estilizados, fotografía influida por el expresionismo alemán —la imponente sombra de la noche junto a la tenue luz en el callejón—, y personajes con un nihilismo que desafiaba el orden social de la época.

1.- Double Indemnity (Billy Wilder, 1944). 

Double Indemnity trata de un agente de seguros que es convencido por una mujer fatal de asesinar a su marido y orquestar el crimen como un accidente. Este largometraje juntó a tres de los artistas que más admiro en una sola obra: A James M. Cain como autor de la novela, a Billy Wilder como director y a Raymond Chandler como guionista. Antes de Pacto de sangre —como se lo conoce en español—, Chandler jamás había escrito un libreto ni había pisado el interior de un estudio de cine. En su primera reunión con Wilder, le exigió a este mil dólares. 

—No aceptaré menos —aclaró el novelista. 

El director y el productor de la película tuvieron que aguantarse la risa debido a que eso era lo que ganaba un guionista por semana. 

—Y voy a necesitar un guion para familiarizarme con el formato —agregó el escritor. 

Se le dio un guion muestra. 

—¿Qué día es hoy? ¿Jueves? Se los tengo para el lunes. 

Más risas por parte de los cineastas. 

—No se preocupe, señor Chandler. Normalmente nos tardamos de cinco a seis meses en escribir estas cosas. 

En el libro Raymond Chandler, a biography (Grove Press, 1997), escrito por Tom Hiney, encontré el siguiente testimonio de Billy Wilder: 

Regresó a los diez días con ochenta páginas de pura mierda. Tenía algunas buenas líneas de diálogo pero supongo que le dieron un guion de alguien que se creía director de cine porque estaba lleno de disolvencias, fundidos, emplazamientos de cámara… todo para demostrar que el tipo conocía la técnica. Tiré su guion a la basura y le expliqué que trabajaríamos juntos. Nos juntábamos a las nueve de la mañana y terminábamos a las cuatro y media. Le tuve que explicar muchas cosas, pero lo que hicimos tenía verdadera electricidad. Una mañana estoy sentado en mi oficina. Diez de la mañana y nada de míster Chandler. Once: nada. A las once y media le llamo al productor y le digo: 

—¿Qué pasa con el escritor? 

—Es lo que iba a decirte: renunció. 

Renunció porque el día anterior hizo mucho sol y le pedí que cerrara las cortinas pero no se lo pedí ‘por favor’. Luego me acusó de beber hasta tres martinis con la comida. Tampoco le gustaba verme con mujeres. Ahora que lo pienso, entiendo que me odiara. Yo podía controlar la bebida y el sujeto era un alcohólico. 

—¿Serías tan amable de mover tus piernas por favor, que quiero ir al baño? —le debía decir. 

Siempre por favor. Fuera de esos detalles, trabajamos muy bien. 

Cuando Double Indemnity se estrenó, Cain caminó llorando hacía mí. Encantado por lo que habíamos hecho con su libro. 

Pacto de sangre fue nominada a mejor película y mejor guion. Luego de verla, Alfred Hitchcock afirmó que las dos palabras más importantes en el cine eran “Billy Wilder”. Woody Allen la describió como “la mejor película de Wilder o de cualquiera”.

2.- Nightmare Alley (Edmund Goulding, 1947). 

Aquí Tyrone Power interpreta a Stan Carlisle, un merolico en una feria ambulante donde el acto más taquillero son los adefesios sucios que actúan como bestias salvajes encerradas en una jaula mientras devoran gallinas vivas para divertimento del público. Estos esperpentos —que causan igual grado de fascinación y repulsión— son interpretados por borrachines dispuestos a hacer el ridículo a cambio de una botella de licor. El arrogante y astuto Carlisle está convencido de que jamás caerá tan bajo como los geeks. Trabajando en la feria ambulante el merolico engaña a la vidente Zeena, seduce a una hermosa trapecista y aprende el arte de la charlatanería. Carlisle se vuelve tan bueno leyendo mentes que se independiza y se hace pasar por vidente para timar a burgueses que ansían comunicarse con difuntos queridos. Sin embargo, Carlisle lleva su estafa demasiado lejos y el desenlace es más impactante que un recto de Rocky Marciano a la boca del estómago. Conviene volver a ver este clásico del género negro. Sobre todo ahora que está por salir la versión de Guillermo del Toro con Leonardo DiCaprio en el papel de Carlisle.

3.- Out of the Past  (Jacques Tourneur, 1947). 

Robert Mitchum encarna a un detective privado en busca de la femme fatale que robó el dinero de un mafioso interpretado por Kirk Douglas. Epítome del cine negro, Out of the past contiene todo lo que amo del género: la enigmática voz en off, los diálogos estilizados y la mujer astuta que se forja un destino manipulando a los hombres. Lo que más recuerdo de Out of the Past es que el guion cuenta con un flashback dentro de un flashback dentro de un flashback, ¡y funciona! 

4.- They Live by Night  (Nicholas Ray, 1948). 

Este es un film-noir de corte social con escenas tan enternecedoras que me hacen un nudo en la garganta, como aquella donde la pareja de forajidos contrae matrimonio en una boda de veinte dólares, sin invitados, en una humilde capilla en medio de la nada y a altas horas de la noche. El juez le ofrece una sortija al novio. 

—Rentada le cuesta un dólar pero puede comprarla por cinco. 

—La compro —dice el joven. 

La deprimente hermana del juez y su desgarbado marido fungen como testigos, organista y fotógrafo de la boda. El juez le aconseja al muchacho que les dé una propina a los testigos. Tan pronto recibe su dólar, la hermana del juez le desea suerte a la pareja con un frío abrazo. El cuñado intenta hacer lo mismo pero el juez lo detiene recordándole que tiene catarro y puede ser contagioso. Jean-Luc Godard escribió que “el cine es Nicholas Ray”.

5.- The Set-Up (Robert Wise, 1949). 

No solo en lo argumental sino también en lo visual, The Set-Up —basada en unos versos del poeta Joseph Moncure March— me recuerda mucho al episodio del boxeador en Pulp Fiction (Tarantino, 1994). Esta es una película que se enfoca más en los entretelones del mundo del pugilismo que en las peleas, donde un temido mafioso le ordena al veterano Stoker Thompson que se deje perder en su combate en contra del joven prospecto Tiger Nelson. 

6.- Criss Cross (Robert Siodmak, 1949). 

La cagaste, Burt Lancaster, al enredarte con Yvonne de Carlo y al dejar que te convenciera de participar en ese atraco al camión blindado. Criss Cross cuenta con hermosas escenas filmadas en el mítico y desaparecido barrio de Bunker Hill. 

7.- La noche avanza (Roberto Gavaldón, 1952). 

Esta joya ambientada en el sórdido mundo de las apuestas en el frontón y escrita por Luis Spota y José Revueltas, demostró que no todo el cine mexicano tenía que ser sobre charros gritones y carpinteros llorones.

8.- The Hitch-Hiker (Ida Lupino, 1953). 

Ida Lupino fue la primera mujer en dirigir un film-noir y la única en dirigir episodios de la serie original de La dimensión desconocida. Inspirado en el caso del asesino Billy Cook, el largometraje trata de un par de compadres que viajan a San Felipe, Baja California, a pescar, y en el camino se encuentran con un autoestopista psicópata que convertirá su fin de semana en una auténtica pesadilla. 

Por su talento para hacer películas de acción a bajo costo, Ida Lupino solía decir de sí misma que “si como actriz fui la Bette Davis de los pobres, como directora soy la Don Siegel de los pobres”. 

Debido a que sus derechos son de dominio público, The Hitch-Hiker se puede ver completa y de forma gratuita en YouTube.

9.- Blast of Silence (Allen Baron, 1961). 

Este  noir acerca de un malhumorado asesino profesional fue escrito, dirigido y protagonizado por Allen Baron. Así como Tarantino en su ópera prima reclutó a actores olvidados que idolatraba desde niño, así hizo Allen Baron. Mi favorito es Lionel Stander, quien hace un voiceover  aguardentoso, poético y en segunda persona, y quien por esos años había sido exiliado a Europa por el mccarthysmo. 

El nombre de tu víctima es Troiano. Conoces bien su tipo: un mafiosillo de cuarta con demasiada ambición y un bigotito que pretende ocultar su labio de mujer.

10.- Le Samouraï (Jean-Pierre Melville, 1967). 

Noir protagonizado por el actor Alain Delon. El tema del profesional del crimen, sin nombre, frío, solitario y con una vida austera, fue revisitado en neo-noirs como The Driver (Walter Hill, 1978), Ghost Dog (Jim Jarmusch, 1999) y Drive (Nicolas Winding Refn, 2011). 

De adolescente, cuando peinaba mi pelo relamido hacia atrás y me desabrochaba los últimos dos botones de mi camisa hawaiana, listo para el reventón, le decía a mi padre: —¿A poco no me veo galán? 

El viejo me respondía: 

—Pareces Alain Delon… chería, cabrón. + 

 

@HilarioPenia

 

Léelo también en nuestro número 121, dedicado a Amigos y Rivales.