Las apariencias del cuerpo y su uso artístico: una charla con Lindsay Kemp

La forma del cuerpo es un elemento esencial del arte y genera un discurso a lo largo del tiempo histórico y en cada vida individual. Éste encuentra su correlato en la naturaleza del Universo, evidenciando un componente artístico en la existencia y la materia, de condición simple y a la vez compleja, que genera una complicidad en la progresión del movimiento artístico.

La transición orgánica testifica que la danza y el teatro van más allá del mismo contenido, cada obra deja ver maneras del estado del arte, de lo expuesto a lo desconocido, instaurando cierta intimidad, sensibilidad e intuición en la experiencia visible del conocimiento. La creatividad y la improvisación sitúan el material teórico dentro del soma-psique —cuerpo-espíritu— suscitando la acción del momento sin límites.

Lindsay Kemp nació el 3 de mayo en 1938, entre las atmósferas visuales de un Liverpool en expansión; su curiosidad de niño despertó un interés en el baile a consecuencia de que su madre lo llevara a los diez años de edad a ver la película The Red Shoes (1948), de Powell y Pressburger. Sus estudios en teatro y danza iniciaron a temprana edad y continuó como mimo, actor y coreógrafo; fue alumno de danza de Hilde Holger, y en pantomima cursó con Marcel Marceau. Trabajó en producciones de teatro, danza moderna, cabaret y musicales. En 1964 fundó Lindsay Kemp Company, un espacio artístico para hacer experimentos de todo tipo, mental o sensorial, entre los que destaca Flowers: A Pantomime for Jean Genet, basado en Santa María de las Flores, una experiencia estética teatral que también presenció el público mexicano hace años, y continúa con producciones únicas y de vanguardia como Salomé, Woyzeck, Las Criadas, Duende, Nijinsky, Elizabeth’s Last Dance.

En 1974 estrenó en el Bush Theatre de Londres una nueva versión de Flowers…, que llegó hasta Broadway, y aquí inicia el periodo de oro de la Lindsay Kemp Company con giras internacionales, a cuyos estrenos asistieron Andy Warhol, Jack Nicholson y Truman Capote.

Las imágenes que genera Kemp, por medio del tiempo y el espacio, forjan un elemento especial en la música y la danza, que cambia el concepto de los conciertos de rock con la dirección teatral en 1972 de Ziggy Stardust. David Bowie aprendió a dimensionar la lucidez del escenario y el movimiento por la sensibilidad que Kemp le atrajo a sus manos; esto se detona en la actuación teatral de Pierrot In Turquoise, en la que Bowie y Kemp se hacen cómplices de vida. Bowie hizo una gira con Kemp en Pierrot In Turquoise, interpretando el papel variable de Cloud. Adaptado para la pantalla en 1970, la producción se rebautizó como The Looking Glass Murders.

En el video de Bowie John, I’m Only Dancing”, censurado por Top of the Pops, aparecen dos bailarines andróginos con una fuerte carga mágica y sexual, imprimida por Lindsay Kemp y Jack Birkett, el Increíble Orlando, amigo y colaborador de Kemp, desde principios de los sesenta. Birkett desarrolló una presencia escénica contrastante al quedar ciego años después.

La entidad de Kemp, la asombrosa dulzura de los pies danzantes y su escenificación cautivaron también a Peter
Gabriel y Mia Farrow para convertirse en dos alumnos más. Entre muchos otros cómplices se han incorporado a esta experiencia David Haughton, y el compositor Carlos Miranda, quien matiza con sublimes sonoridades las alteraciones del movimiento en varias obras de Kemp. Kate Bush, por su parte, le rinde respeto por haber sido su maestro, en el video The Line, the Cross & the Curve; él, mientras tanto, ha actuado en películas como Savage Messiah, de Ken Russell, The Wicker Man, de Robin Hardy o Velvet Goldmine, de Todd Haynes.

En mayo del 2016, Kemp mantuvo una conversación con Marc Almond, músico de la escena new wave de los ochenta y actual doctor en filosofía; esta reunión fue con motivo de David Bowie, y se llevó a cabo la presentación del tráiler oficial para el próximo documental Lindsay Kemp’s Last Dance (2016), dirigido por Nendie Pinto-Duschinsky.

Kemp sigue inventándose y rencarnando sus propias experiencias: no tiene reglas, la única práctica es conservar indemne la fuerza de trasmitir. Kemp mantiene viva la materia y el espíritu, es un humano siendo más humano; el hombre no inventó la forma, lo que hizo fue expresarla en su pasión esencial de orden y caos. Un instante logra guardar las secretas provocaciones del arte, un fascinante desafío con el cuerpo, ahora podemos sumergirnos en el azul profundo del cielo:

¿Cuál dirías que es el elemento o el insumo de creatividad en tu composición dancística?

Mi principal fuente de inspiración, además de la vida misma y particularmente mis propias experiencias en el amor, el desamor, el rechazo, la pobreza, la consciencia de mi propia mortalidad y los momentos de extrema felicidad y liberación, sigue siendo la vida y la obra de grandes mujeres y hombres, incluyendo a Isadora Duncan, Jean Genet, Oscar Wilde, García Lorca, Shakespeare y Nijinsky. Estos artistas no sólo me inspiraron, sino también me brindaron dirección. Flowers está ligeramente basada en Santa María de las Flores, de Jean Genet. La creación de la pieza teatral comenzó momentos después de que yo abriera el libro y entrara al mundo de Genet. Me identifiqué inmediatamente con el héroe/la heroína, Divina y su mundo.

Acerca de la investigación especializada sobre la percepción en el estudio teatral, ¿crees que existe la perfección?

Además de leer y estudiar historia, arte y a los artistas, desde los primitivos hasta los avant-garde, hago una investigación profunda cuando estoy preparando un proyecto. No me interesa la perfección. Sólo quiero hacer las cosas bien

¿Cuál es la opinión frente al discurso de la danza y el teatro que se crea y expone en la actualidad?

El teatro y la danza actual, con unas cuantas excepciones, desafortunadamente me interesan muy poco, y me aburro fácilmente. Hay poca magia, alma o duende. Extraño el teatro popular de mi juventud que viajaba por los pequeños pueblos de Inglaterra, trayendo melodrama, opereta, revistas y pequeños circos. La música y los colores me levantaban el ánimo y me hacían soñar. Soy afortunado por seguir viviendo ese sueño.

¿Qué es lo fundamental de un artista o un bailarín para que lleguen a hacer interpretaciones valiosas?

El intérprete debe sumergirse en el personaje y en la historia de la personalidad que va a retratar. A través del proceso del trance, el artista necesita abandonar lo que ha investigado y volverse el personaje. El artista no debe tener límites. Yo interpreto a todos estos personajes y todos trascienden.

¿Cuáles son los valores que como maestro debes generar en tus alumnos?

Yo me empeño en enseñarles a todos a bailar, a expresarse, y sobre todo, a comunicar por medio del gesto. Les recuerdo que el espacio del bailarín es sagrado, que quiero ver su espíritu danzar, y que bailen cada baile como si quizá, posiblemente, fuera el último.

Mi primer acercamiento a Jack Birkett, El increíble Orlando, fue gracias a Jaime Keller, quien fue estudiante en lindsay Kemp company. Jaime me obsequió una foto de Jack y él, juntos en la ciudad de México, que guardo con mucho cariño. ¿cómo era tu complicidad artística con Jack Birkett?

Me fascina saber de tu conexión con Jack: el mundo es pequeño. Jack era mi más querido amigo, mi alma gemela, mi inspiración. Desde el momento en que lo conocí en la Academia de Ballet, y a lo largo de los años como el principal artista en mi compañía, me inspiró a crear muchos papeles para él y su talento único. Comenzamos nuestra carrera artística juntos, presentándonos en las esquinas, en bares y cabarets baratos, y experimentando altas y bajas, antes de aparecer eventualmente en varios escenarios alrededor del mundo.

Pensemos ahora en las perspectivas del cine y la música que se está creando, ¿tenías algún nuevo proyecto con carlos Miranda?

El cine me interesa muchísimo y trabajo con jóvenes directores independientes, siempre animándolos mientras puedo. Alguna música nueva me interesa, pero no tanto como solía hacerlo. Tristemente, Carlos Miranda falleció este año. Estoy sufriendo por esta gran pérdida.

¿Tuviste la oportunidad de tener un acercamiento más profundo con México, sus lugares, su gente, su danza, su teatro, su arte en alguno de los viajes que realizaste?

Me arrepiento de haber tenido pocas oportunidades de experimentar el teatro y la música que se hacen en México hoy en día. Mis giras por México me han dejado con poca oportunidad de conocer gente y ver más del país. Sin embargo, sigo intoxicado con los perfumes, los colores y la belleza del país, los mercados, los mariachis, la emoción del Festival Cervantino, el amor que me demostró el público mexicano y las muchas compañías maravillosas que reunió el festival. El gran bailarín y coreógrafo José Limón fue el primer bailarín moderno que vi. Él cambió mi vida.

El caos y la violencia que existen en el mundo, ¿determinan la pérdida de la sensibilidad en las artes?

No. El arte siempre ha prosperado en tiempos de caos y violencia. Es cuando el artista se siente más útil y puede abrir los ojos y el corazón ante los horrores del mundo y su falta de amor. Por ejemplo, el Guernica, de Picasso y Los desastres de la guerra, de Goya. El mensaje del artista siempre debe ser uno de amor y paz, alentando a la gente a amarse los unos a los otros, construir puentes y derribar muros. Por favor, da mi amor a México, tengo recuerdos muy felices. Espero volver algún día. Mucho amor. +

Por @UlyssesAvath
Ulises@revistaleemas.mx

Kemp dances, fotos de Richard Haughton©

Descarga: Lee+ Moda y apariencias. Año 8, Número 99, Agosto 2017.  

MasCultura 02-Agosto-17