La razón no es el único acceso al aprendizaje: entrevista con Chamalú
R. de la Lanza
Definir la personalidad y la misión de Chamalú es algo complicado, pero lo cierto es que es un sabio contemporáneo, un constructor de puentes que conectan la sabiduría ancestral de los andes y de muchas otras civilizaciones con la vida actual. Para perfilarlo quizás sea más rápido llamarlo como se le ha llegado a conocer en ciertas esferas: el Dalai Lama de Latinoamérica.
La apuesta global del quechua Luis Ernesto Espinosa, que ha renunciado al uso público de su nombre legal para adoptar el de Chamalú, incluye aportar nuestra energía femenina a nuestro entorno y al mundo.
Recientemente ha llegado a México la llamada Trilogía Amazonas, compuesta por Cartas a mi hija Wayra, El despertar de la mujer guerrera y Musa. El retorno de la mujer sagrada, y platicamos con él sobre el mensaje que contienen.
“El primer libro, Wayra, fue escrito hace casi 30 años —explica un Chamalú sereno—. Es una antología delo que puede ser una educación desde la vida intrauterina. Es un recordatorio para las mujeres, para las mamás, de que la vida comienza en la gestación, y las nuevas generaciones deben prepararse para aprender a vivir bien. El segundo libro, El despertar de la mujer guerrera, le ofrece a la mujer un conjunto de claves, secretos y enseñanzas para recuperar su sensibilidad y su poder interior, y de esa manera convertir su vida en una obra de arte. Y El retorno de la mujer sagrada es un curso que le recuerda a la mujer que este tiempo es esencialmente femenino, le recuerda su potencial, pero que tienen que germinar su semilla para cumplir su realización personal y su felicidad”.
A simple vista podría parecer difícil de definir el sistema de pensamiento que promueve y transmite Chamalú, pero para él está muy claro: “Es una filosofía de vida basado en las sabidurías ancestrales, que provee elementos para que cada uno rediseñe su vida y se encamine hacia la realización personal”. Y es que esa sabiduría ancestral procede “fundamentalmente de la zona andina y la selva amazónica, pero también de otras culturas del continente americano —explica—. Es una ancestralidad adaptada o aclimatada a nuestro momento, no es una apuesta para volver al pasado, sino para aprender de la gente Hace 40 años que trabajo este sistema. Hace 30 años que tenemos en Bolivia una escuela para aprender a vivir en comunidad: la gente se integra y se une la teoría con la práctica. Lo que compartimos es lo que le ayuda de verdad a la gente”.
La poesía y la sabiduría
Entre las cualidades de los libros de Chamalú, llama la atención el lenguaje alto, metafórico y poético como lo son las lenguas originarias de América, que se refleja en sus libros. En una modernidad tan apegada a lo racional quizás ello pueda suponer un peligro de que se pierda el mensaje., Pero Chamalú confía en el poder de la poesía: “No sé si es tan alto —advierte con una risa concesiva—, pero el terreno de lo inefable sólo admite la poesía y su belleza, la metáfora y el símbolo, para poder ser decodificada.
Creo que los abuelos y la gente de antes acertaban al darle tanta importancia a los símbolos. No tenemos que pensar que la razón es el único acceso al aprendizaje, las cosas también hay que sentirlas, presentirlas.
“Y hay cosas que sólo la poesía, el símbolo, lo insinuado nos permite acceder a ellas —continúa—. Todos los grandes maestros nos hablaron siempre de manera poética y metafórica, y he notado que a la gente le gusta mucho, no se cansa de escucharlo en conferencias de larga duración, por su misma naturaleza. Además, es una forma de respetar y promover la diversidad, porque cada uno puede interpretarlo y salir con sus propias claves a las que llegó por el mensaje.
Lo femenino
Otra característica que salta a la vista es que, siendo éste un momento en que se combate el heteropatriarcado, un varón abra la ventana a esta sabiduría dirigida especialmente a la mujer, y es una inquietud que le han expresado muchas veces a Chamalú. “Mi formación va en esa dirección. Creo que estamos a tono con la coyuntura existencial de esta época. Pero además es que mi formación proviene de mujeres. Eso me ha dado sensibilidad, visión y comprensión en ese sentido”.
Pero también hay un momento en que el mensaje trasciende por su autenticidad a la persona que lo transmite —pontifica Chamalú, en el sentido literal de hacer puentes—. Muchas amigas feministas acuden a asesorarse conmigo, lo que parece inadmisible bajo ciertos contextos, pero ellas no tienen problemas en formarse con alguien que les comparte algo de manera totalmente abierta, flexible, sin perfiles dogmáticos. Nosotros damos los ingredientes y cada uno hace su propio pastel”.
Al preguntarle sobre cuál cree que seal el origen del problema del machismo, Chamalú tiene claro que es un momento de la humanidad: “Yo antes hacía seminarios para hombres, pero tenía tan poca participación que lo tuvimos que suspender. Es un tiempo femenino, y hay que darle a la mujer herramientas para su propio re-diseñaje existencial. La mujer tiene que enseñarle al hombre, como madre, compañera o simple caminante de la vida. Nuestra experiencia es la de abonar el terreno fértil para el despertar de la mujer”, explica.
Bolivia
“Hablar de temas coyunturales siempre es un riesgo porque las circunstancias pueden cambiar de un día para otro”, expone con cautela y serenidad Chamalú ante la pregunta de cómo se explica la situación volátil de las últimas semanas. “Hay temas de fondo: cuando una persona no aprendió a vivir, su nivel de conciencia es tan crepuscular que confunde medios con fines, su insensibilidad o ignorancia programada le hace vulnerable y manipulable ante cualquier medio de comunicación o corriente de opinión. Y así, en nombre de la democracia, se puede manejar a la gente de un lado para otro, según intereses subterráneos. Pasa en todo el mundo.
“A ello se suma el otro tema —continúa—: el racismo y la discriminación. En muchos países del mundo he hablado con migrantes, y la discriminación es un fenómeno planetario; y no se va a superar en un modelo de civilización como el que tenemos ahora, en el que predomina la propiedad privada, el lucro, la apariencia, el estatus, la marca. Nuestra apuesta es soñar un mundo más humano y más ecológico, que ponga en primer lugar la vida y no el consumo, en el que la presencia de la mujer sea distinta, y la educación se ocupe de desarrollar en las nuevas generaciones las competencias existenciales para discernir con lucidez. Nuestros libros son un resumen de esa cosmovisión. Así que nuestra lectura de las coyunturas es algo distinta en ritmo a lo que nos ocupa. Nos duele la injusticia y el sufrimiento de las personas, pero esto lo tiene que motivar a uno a cambiar el modelo de mundo que tenemos”.
Gran lector de filosofía y poesía
Las lecturas predilectas de Chamalú son las de Filosofía. “Me gustan Pitágoras y Epicuro, de donde tomo el hedonismo para hacer un hedonismo místico —que también se explican en los libros—. También me gusta mucho Nietzsche, como pensador que va pateando certezas y molestando conciencias. Sócrates me gusta porque es como el padre del coaching. Me gustan los pensadores transgresores. Soy anti-eurocéntrico, y me gusta la gente que re-piensa nuestra cultura. Todo lo que sea profundo, los pensadores nuevos, que unen, por ejemplo, la Física con la Filosofía, como Kapra. Mi editorial favorita es Kairós (Barcelona) Prácticamente compro sus libros sin importar el título o tema. También me gusta la poesía, aunque a veces siento que me falta tiempo para leer. Me gusta leer de todo menos autoayuda, porque banaliza el conocimiento místico”, finaliza.+