Immanuel Kant, en su Crítica de la razón pura, dijo que “Todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos, luego procede a la comprensión y termina con la razón. No hay nada superior a la razón.” Y la razón no podría interpretar nuestra realidad sin los sentidos, en una especie de ciclo sensación-percepción. A pesar de que todos compartimos si no todos, por lo menos algunos de esos cinco sentidos básicos, nuestra experiencia nunca será igual a la de alguien más. Los sentidos nos hacen volver a vivir gratos momentos con algo tan simple como el olor del pavimento mojado tras la lluvia, o recordar lugares lejanos con las notas de alguna canción.
En las páginas de esta revista, las letras decidieron tomar de la mano a una gran cantidad de emociones, de sentimientos, de sensaciones que nacen de lo más básico de nuestro ser. Cada vez son más las cosas que nos alejan de nuestros instintos y de los placeres más elementales. Es incluso contradictorio que la tecnología de pronto esté dedicada a recrear aquello que nos hace ser humanos, estar aquí y ahora. Es verdad que hay ventajas maravillosas en ello; no todos los días podemos contemplar una aurora boreal o visitar el desierto del Sahara. Pero unos lentes de realidad virtual no pueden -al menos por el momento- sustituir el aroma de una rosa que recién abre sus pétalos ni el sonido de la voz cariñosa de aquella persona que te llama por tu nombre. Eso está dentro de ti, y esperamos que todo lo que encuentres en este número te haga revivir y descubrir aquello que desconocías o no recordabas. Así como dice la expresión, que puedas tener todo “a flor de piel”, que descubras líneas que hagan que tus sentidos lo perciban todo con gran intensidad.
Como cada mes, agradecemos a nuestros queridos columnistas (los de siempre y los que se suman) y a los dedicados colaboradores de esta edición. Todos ellos comparten memorias, impresiones y recomendaciones que nacen de sus propios sentidos y de las experiencias adquiridas a través de éstos y de las obras que han inspirado sus líneas que hoy son tuyas.
Nos gusta que nos leas. Ahora, esperamos que nos huelas, nos sientas, nos escuches, nos pruebes. No hay límites cuando se trata de sentir.