Goethe, arquetipo del ‘todólogo’
Nació el 28 de agosto de 1749 en Fráncfort del Meno y, desde joven, Johann Wolfgang von Goethe se caracterizó por poseer una gran inteligencia. Estudió derecho, aunque no fue una profesión que ejerciera el resto de su vida.
El conocimiento fue su verdadera pasión. Fue un investigador incansable, sediento de la certeza de carácter científico. Son famosos sus escritos sobre Teoría del color y muchas ramas de la ciencia formal.
Es muy bien sabido que su afán por la ciencia está proyectado en el Fausto, pero Goethe también escribió una novela cuya historia es reflejo de un fenómeno químico, que a la postra sería descrito como un fenómeno que ocurre a nivel subatómico: Las afinidades electivas.
En esa novela Goethe narra la historia de dos parejas que conviven una temporada en una casa grande, y con la convivencia surge un amor extraño que descompone las parejas originales para formar otras dos parejas. Ello es reflejo de un fenómeno que la Química de aquellos tiempos describía como afinidades electivas, en las que dos compuestos binarios conviviendo en una mezcla, descomponían los enlaces de los dos compuestos originales y formaban dos compuestos nuevos y diferentes. En la actualidad ese fenómeno es conocido como afinidades electrónicas.
El 12 de octubre de 1808, mientras las batallas comandadas por Napoleón progresaban, Goethe se entrevistó con el militar. Éste mostró ser un gran admirador de Las cuitas del joven Werther, libro que releyó en reiteradas ocasiones a pesar de discrepar en algunos pasajes, tema de conversación entre estos dos personajes al momento de entrevistarse. Al respecto, Goethe dijo: “No creo que la posteridad deba conocer cuál fue el momento en que discrepamos el Emperador y yo.”
Sin embargo, su novela no sólo causó admiración. En aquellos años, cuando el libro llegó a manos de varios jóvenes que, por una u otra razón, encontraron un motivo de identificación con el personaje, se suicidaron; una epidemia de suicidios que parecía incontenible se suscitó tras la lectura de uno de los libros más polémicos del siglo XVIII.
Goethe fue soldado, bombero, político. Estaba muy bien entendido en música y también fue un gran poeta. Ah, y por supuesto, era todo un donjuán, aunque su corazón siempre perteneció a Charlotte von Stein.
Goethe falleció el 22 de marzo de 1832.