Anthony Penrose afirma que "mordí a Picasso jugando a las corridas de toros"

Anthony Penrose, que creció rodeado de artistas famosos que visitaban a sus padres: el pintor y escritor surrealista Roland Penrose y Lee Miller, fotoperiodista, modelo y musa de Man Ray, tuvo un amigo especial en su infancia: Pablo Picasso, a quien mordió mientras jugaba a las "corridas de toros".

Esta anécdota es el germen que da título al libro "El niño que mordió a Picasso" (editado en español por Siruela), en el que Tony Penrose -diminutivo de Anthony Penrose- presenta a Picasso como "un amigo que era lo más extraordinario que os podáis imaginar".

Era 1950 y Picasso estaba de visita en la casa de los Penrose-Miller en Sussex (Inglaterra) cuando se puso a travesear con el pequeño Anthony, de tres años, contó en entrevista con Efe Penrose.

Según relató, el maestro malagueño se autoproclamó torero y le dijo al niño que iba a ser el toro. Entre pase y pase, Picasso le gritaba: "¡Olé, Olé!" y el pequeño -en su papel de toro- se abalanzaba sobre el pintor.

Con el capote, "Picasso fue tan rápido" en quitarse del medio al niño de tres años que Tony se frustró y enfurruñó y, entonces, el juego se tornó en "una pelea", apuntó por email el autor.

Sin una exactitud precisa sobre cómo se desarrollo la escena, Penrose confesó que ha recurrido a su madre, Lee Miller, que lo relató en un artículo publicado por Vogue", revista en la que destacó como modelo y también por su faceta fotoperiodística en la Segunda Guerra Mundial.

Lo curioso es que la 'cornada' del pequeño clavando sus dientes de leche no sólo sorprendió a Picasso por el acto en sí sino porque fue la primera vez que le había mordido un inglés.

"Pensez! C'est le premier anglais que m'ai jamais mordu!" (¡Piensa! ¡Es el primer inglés que me ha mordido!), recordó Penrose que Picasso exclamó tras el ataque infantil.

El pintor que renovó la representación de la tauromaquía y del mito del toro fue "en cinco ocasiones" a Farley Farm, ahora casa-museo donde murieron Roland Penrose (Inglaterra, 1900-1984) y Elizabeth 'Lee' Miller (Nueva York, 1907-Sussex, 1977).

De Picasso, Penrose dijo que había aprendido a "nunca tener miedo de la gente que es muy importante y famosa".

En su vida, el creador del "Guernica", que fue un amante de la bella Lee Miller, dejó un poso muy especial porque además de ser un hombre "amable", ante todo, era "más divertido" que los otros amigos de sus padres como Max Ernst, Joan Miró, Man Ray y Henry Moore, comentó.

A Joan Miró también le trató cuando tenía 14 años y le pareció una persona "muy intensa, tranquila y tierna" y le definió como se "habría imaginado que puede ser un monje budista" porque le encantaban "las flores y los entornos llenos de paz", señaló.

Por ello, el libro "El niño que mordió a Picasso", a pesar de la gran riqueza de vivencias de Tony Penrose, se centra en una: su amistad infantil con Picasso.

De lectura sencilla, el volumen cuyo título original es "The Boy Who Bit Picasso" está, en un primer momento, dirigido a un público infantil con explicaciones elementales de quién es Picasso y su relevancia en la Historia del Arte.

Pero esa simplicidad no debe ensombrecer la rica documentación gráfica que el libro aporta dentro de la literatura existente sobre la vida de Picasso y de la pareja Penrose-Miller.

"El niño que mordió a Picasso" reúne 67 ilustraciones -22, a color- de obras de Picasso y dibujos infantiles aunque lo destacable son las fotografías en blanco y negro que tomó Lee Miller de escenas tiernas y familiares en las que se ve al genio malagueño con la familia Penrose-Miller en Sussex y en su residencia en la costa francesa. 

Belén Palanco.

Imagen de Pablo Picasso y Anthony Penrose, cortesía de Siruela