Grass llega a los 85 años con más críticas a Israel y homenajes entre amigos

El escritor Günter Grass salpicó ayer con nuevas críticas a Israel, país al que calificó de "potencia atómica sin control", los agasajos preparados con ocasión del 85 cumpleaños del Premio Nobel de Literatura de 1999, el más relevante autor vivo en lengua alemana.

"Israel es una potencia atómica fuera de todo control. Todas las resoluciones en su contra por parte de la ONU fueron ignoradas", sostuvo el poeta y autor de El tambor de hojalata, en declaraciones a un programa cultural de la radio pública NDR.

Israel "es una potencia ocupante que practica desde hace años el robo de tierras y la expulsión de aquellos a quienes considera ciudadanos de segunda clase", prosiguió Grass, para quien el país "ha evolucionado para mal" y afirmar que vive "momentos de racismo".

Por encima de esas críticas, Grass se definió como "un amigo de Israel", lo que implica "el derecho y hasta la obligación a la crítica", puesto que, según argumentó a la citada emisora, "negarse a ello es, para mí, una nueva forma de antisemitismo".

Grass reincidió así en los ataques a Israel contenidos en el poema publicado el pasado abril bajo el título Was gesagt werden muss ("Lo que hay que decir"), en que arremetía contra un posible "ataque preventivo" contra Irán y acusaba a Israel de poner en peligro la frágil paz mundial.

Entre las cuestiones que, a su juicio, había "que decir", y que él mismo se había "prohibido nombrar" hasta entonces, estaba la condena al supuesto "derecho a un ataque preventivo que podría exterminar al pueblo iraní".

El texto fue publicado simultáneamente en varios grandes medios europeos, causó estupor en Alemania -país donde, por razones históricas, se observa máxima cautela ante toda crítica a ese país- y le valió la consideración de "persona non grata" en Israel.

El poema alimentaba "las llamas del odio contra Israel, apuntó entonces el ministro del Interior, Eli Yishai, quien recordó que Grass vistió el uniforme de las SS en el nazismo -en alusión a la confesión tardía, de 2006, del propio escritor de haber servido en las Waffen-SS a los 17 años.

Grass no se retractó de esa poema, aunque sí matizó que las críticas no se dirigían al Estado de Israel, sino del "actual gobierno de la potencia atómica de Israel".

El 29 de septiembre último, el escritor volvió a incidir en la polémica con la publicación de otro poemario en el que alababa al técnico israelí Mordejai Vanunu, quien desveló secretos militares atómicos de su país y pasó por ello 18 años en la cárcel.

El libro, titulado Eintagsfliegen -traducible en su sentido literal por Mosca de un día o Flor de un día-, contiene un poema dedicado a Vanunu, al que calificaba de héroe de nuestros días.

Vanunu difundió en 1986 desde el extranjero los secretos del programa atómico de su país, tras lo cual fue secuestrado en Roma por el servicio secreto israelí, Mosad, y juzgado en su país.

A dos días de su 85 cumpleaños, Grass demostró hoy que ni la edad ni las celebraciones amainan su ánimo de seguir siendo un autor polémico.

Justamente este domingo se celebró por anticipado el aniversario de su nacimiento -el 16 de octubre de 1927 en Gdansk, la actual Polonia-, con la reapertura de la Casa Günter Grass en Lübeck, la ciudad del litoral alemán donde vive el autor.

Para el primer ministro del "Land", Schleswig-Holstein, el socialdemócrata Torsten Albig, Grass es el escritor vivo en lengua alemán de mayor relevancia a escala internacional y representa el "espíritu de combate intelectual", que no cede a controversias.

Tras la apertura para los medios, la tarde del domingo, se había programado una fiesta con abundante presencia de sus amigos, del ámbito político e intelectual, desde el excanciller socialdemócrata Gerhard Schröder -en el poder de 1998 a 2005- a gente de la farándula.

La Günter-Gras Haus, en cuya remodelación como museo se han invertido 200.000 euros, tiene una superficie expositora de 240 metros cuadrados y quedará abierta al público este lunes.
Se trata de una casa museo, centrada en la obra, más que en la personalidad del escritor, por explícito deseo de este. 

Imagen: El premio Nobel alemán Gunter Grass.
Berlín, 14 oct (EFE)