Hemingway en las Antillas
Nacido el 21 de julio de 1899 en Oak Park, en las afueras de Chicago, la vocación de Ernest Hemingway no se hizo esperar y al poco de terminar sus estudios en el instituto comenzó a trabajar con apenas 17 años como reportero en el diario Kansas City Star.
"Vivió con pasión y un enorme respeto por las otras culturas, con compromiso y determinación en tiempo de guerra. Todo ello lo convierte en un estupendo modelo moral", dice James Meredith, presidente de la "Hemingway Society", dedicada a conservar el legado del escritor.
Autor de diez novelas y más de cincuenta relatos, Hemingway cultivó una imagen de viajero y aventurero infatigable, con prolongadas estadías en París, Italia, España, Cuba o África, durante sus 61 años de vida, en los que fue testigo de la I y II Guerra Mundial.
Fue en la isla más grande de las Antillas donde Papá Hemingway vivió durante más de veinte años. A su llegada a La Habana, el escritor se hospedó en el hotel Ambos Mundos, en la concurrida calle Obispo. Y desde allí se arrastraba por las noches a dos de los bares más famosos del planeta: El Floridita, "la cuna del daiquiri", y La Bodeguita del Medio. En el primero, una estatua del americano, acodado en la barra, le rinde pleitesía; en el segundo, cuyas paredes están forradas de garabatos de clientes, las perennes filas para entrar a un lugar lo dicen todo.
Mujeriego, bebedor y nómada, Hemingway se disparó con una escopeta en su casa de Idaho en la madrugada del 2 de julio de 1961.
"Siempre haz sobrio lo que has dicho que harías borracho. Eso te enseñará a mantener la boca cerrada", es una de sus frases más recordadas. Hoy lo conmemoramos en su cumpleaños. ¡Muchas felicidades!
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MasCultura 21-jul-16