Los misterios de la fe en “Cara de Diablo”, de Jesús Lemus

Dentro de la vorágine de noticias descabelladas y que inundan las páginas de los medios nacionales, en julio de 2012 se supo de un grupo de feligreses que, con marros, picos y palas, destruyó una escuela preescolar de la comunidad Nueva Jerusalén porque la consideraban que ahí vivía el diablo. Más allá del morbo y el desconcierto inicial, nadie profundizó en las razones de ese evento. Sólo se supo que se trataba, en realidad, de una disputa entre dos grupos que antes habían pertenecido al mismo culto.

Cara de Diablo”, publicada por editorial Grijalbo, es la única investigación profunda de lo que ocurrió en la Nueva Jerusalén durante más de tres décadas. El origen de este libro se remonta a doce años antes de que México volteara a mirar a esa comunidad en Turicato, Michoacán, cuando el reportero Jesús Lemus supo de su existencia y, de hecho, se sintió atraído fuertemente por la personalidad de Nabor Cárdenas, el futuro Papá Nabor, fundador de ese pueblo encerrado en sí mismo y afanado en la salvación de la humanidad. Pero no sería sino hasta una década después, cuando estuvo más de tres años en prisión, que Lemus comenzó a tejer literariamente la historia de la Nueva Jerusalén y, sobre todo, la de Papá Nabor.

El libro indaga en la vida de Nabor Cárdenas, el sacerdote de un pueblo remoto de Michoacán que un día se rebeló contra las reformas del Concilio Vaticano II porque consideraba que alejaban al pueblo de la verdadera fe. El destino de Nabor, sin embargo, le fue confiado por Gabina Sánchez, quien había sido elegida por la Virgen de Fátima para salvar al mundo de las garras del demonio. La Virgen, que ya antes había hablado a la madre de Gabina y a ella se le anunció desde niña, le encomendó buscar a quien estaba destinado a ser rey de esta tierra y siervo eterno de Jesús. El elegido de fundar la Nueva Iglesia de Dios en la Tierra era, pues, Nabor Cárdenas.

De manera apasionada, Lemus nos adentra en los conflictos del fuero interno de Cárdenas en los momentos de confrontación con sus superiores eclesiásticos, antes de romper definitivamente con ellos. Nos relata los amoríos de Papá Nabor con Gabina Sánchez -Mamá Salomé- y su violento rechazo a las visiones que ella tenía con respecto a sus obligaciones como redentor de la Iglesia y de la humanidad. En “Cara de Diablo” conocemos los milagros de Salomé, tales como hacer caminar a una tullida de toda la vida y revivir un cuerpo en estado de descomposición, los cuales convencieron a Nabor de que era en verdad la Virgen del Rosario la que hablaba por boca de Salomé y quien le tenía destinado salvar de las garras del mal a la Iglesia. Así llegaría él mismo a proclamarse como Papa de la única y verdadera Iglesia de Dios en la Tierra.

La gran riqueza de “Cara de Diablo” de Jesús Lemus es que, aunque se trata de investigación periodística, el autor no toma una posición ajena, supuestamente objetiva, frente a sus objetos de investigación. Se trata, en cambio, de un viaje a través de las motivaciones personales, las raíces sociológicas y los misterios de la fe de dos personas que lograron seducir a miles de feligreses para apartarse no sólo de la Iglesia Apostólica Romana y fundar la suya propia, sino que, a manera de defensa radical de la palabra de Dios y para salvar a la Tierra de la perdición en la que vive, crearon su propia iglesia y su propio mundo, el cual, por cierto, terminó reducido a escombros, como los de esa escuela donde habitaba el diablo y que fue destruida en 2012.

“Cara de Diablo”, Jesús Lemus, Grijalbo, 2014.

Por: Marco Lara

Mascultura 09-Dic-14