¿Cuál es el rumbo de las raíces perdidas?
¿Cuál es el rumbo de las raíces perdidas?, ¿tienen un destino marcado? Quizá a medida que crecen se van siguiendo la ruta de un río subterráneo para perderse en las profundidades; tal como lo narra Inés Arredondo en su cuento con el mismo nombre. Una vez perdidas, ¿se buscan o se dejan ir? ¿Tiene algún sentido saber de ellas? Hay quienes deciden soltarlas para poder continuar. Otros prefieren hurgarlas hasta encontrar alguna respuesta. Las raíces perdidas de María Julia recorren un largo camino para lanzarse desde un precipicio.
Las mujeres de estas catorce historias se niegan a deambular por la superficie. Todas ellas van tras sus raíces y no conocen obstáculos, no aceptan respuestas que no comprenden. Quieren saber por qué y en qué momento fueron plantadas con un único fin. Reniegan de permanecer estáticas y paralizadas. Saben que así no podrán engendrar…ni siquiera un sueño. Intuyen que en ese limbo no florece la belleza.
Marina, Juliana, Violeta, Ivana… todas vomitan aquello que las ha dañado, quieren expulsar lo que las destruye. Quieren alimentarse sólo de lo que encuentran en ellas. Están seguras de que hay algo inagotable que las mantiene con vida y quieren encontrarlo para acompañarse en la soledad, aún en las multitudes. No les asusta lo que descubren, al contra-rio, descienden hasta sosegarse. Gritan, lloran, repudian, castigan, maldicen, cuestionan, desafían, se doblan…pero, sobre todo, continúan.
Un árbol que habla y que conoce a cada ser de la tierra donde fue plantado. Una araña que desciende sobre una pared y se mimetiza con la mujer que la observa. Una conchita de mar que llega a la playa enferma de decepción. Una muñeca de trapo que nunca fue capaz de abrir los ojos al mundo. Una mariposa que encarna la ingenuidad de una niña…
Personajes que desafían las convenciones sociales, aunque algunas ve-ces éstas las sobrepasan. Las voces infantiles también se hacen presentes en las raíces de la autora, seres pequeños que se pierden entre un mundo de adultos. Cuestionamientos ante una realidad que lastima, que anula toda posibilidad cuando las fuerzas se agotan. Un escenario campesino que busca hablar de la cotidianidad ‘simple’ pero profunda, de vivencias tranquilas que humanizan y dan sentido y por otro, los valores y formas de la vida urbana y sus espejismos.
Raíces perdidas. María Julia Hidalgo López.
MasCultura 28-feb-2017