La poesía es el lugar de la magia: la Gracia y el Misterio. Es esa otra realidad que asoma al doblar una esquina, al cruzar una página, se presenta siempre con esa sensación de novedad, de que un nuevo reino se funda en alguna parte. Es el eterno nudo en la garganta del mundo, el canto sordo que sólo escuchan los ciegos, la partitura en el aire que los poetas han aprendido a leer: algunos de estos postulados ha logrado Meléndez en varios momentos de la antología personal publicada en Valparaíso México con Círculo de Poesía: El mago de la soledad (2017).
Una muestra de la evolución de Mario Meléndez |
El libro es también un homenaje a varias de las figuras tutelares del poeta chileno: Vicente Huidobro, César Vallejo o Fernando Pessoa. Su propia personalidad aparece a veces transmutada en la voz de un gato, a veces es el propio poeta de las vanidades, el náufrago, el niño, el profeta, el que muere. La muerte misma, la muerte cantando su soledad de piedra, la muerte deletreando un infinito oscuro y lento, la que habló con los genios de la pintura, la que ante la duda se elevó hacia los cielos pintados por Van Gogh.
El mago de la soledades una muestra del trabajo y la evolución de un poeta que poco a poco ha ido construyendo su propio nombre en el contexto de la poesía hispanoamericana. Mario Meléndez es un poeta que en cada texto celebra la existencia, la realidad presente y su reverso, celebra la tradición que lo precede y de la que él se siente un ciudadano más en busca de su nombre, de su casa y del lenguaje. Mario Meléndez es un mago de la soledad.