Instrucciones para convertirse en pirata: Entrevista con Erika Zepeda

Erika Zepeda, originaria de la ciudad de Guadalajara, estudió Letras Hispánicas. Durante sus estudios ganó el Premio de Cuento Infantil Juan de la Cabada con el texto “Historias galliniles o la extraordinaria historia de los siete gallos que se treparon a un árbol”. Ha publicado otros libros del género, como Una zarigüeya en mi mochila. En el 2016, además de ser ganadora del XXI Premio Barco de Vapor por Instrucciones para convertirse en pirata (Ediciones SM), recibió el Premio Nacional de Cuento Julio Torri, con la obra 63 señoritas condenadas a la desolación.

¿Cómo recibiste la noticia del XXI Premio Barco de Vapor por tu libro Instrucciones para convertirse en pirata?

Fue una escena dramática: me encontraba sentada en el ine esperando mi nueva credencial; me llamó mi mamá y me dijo que me buscaban de Ediciones SM. Acto seguido me marca mi esposo con lo mismo. Finalmente, me comuniqué con SM, y yo llorando en las oficinas del INE. De verdad me impactó mucho porque llevaba cerca de diez años esperando este premio. Fue absolutamente maravilloso, mucha felicidad, todavía no me cae el veinte.

La historia de Raymundo y su papá, ¿te inspiraste en alguien?

Desde adolescente ya escribía, pero específicamente en una persona no me inspiré, más bien fue una colección de cosas, de ideas que fui acumulando. Cabe mencionar que al principio no eran piratas, sino vagabundos, pero exploré la idea y no me gustó tanto, resultaba muy triste el papel del vagabundo; aunque la idea era poner que estaba en la aventura y ponerla un poco agridulce. En la historia soy la hermana, soy una psicótica que guarda cosas que no debería. En una ocasión mi mamá me regresó porque llegué con una llanta de tráiler que me encontré en la calle.

¿Cuánto significa el poder de la imaginación en los niños?

Muchísimo. Nosotros como adultos siempre tenemos el argumento de que los niños ya no creen, y es cierto que ya no en muchas cosas, pero yo les apuesto que hay niños que siguen creyendo en Santa Claus, el ratón de los dientes, y los mismos adultos les ayudan a imaginar. Es como una particularidad de la infancia: son capaces de crear cosas con la imaginación, y eso fue algo que exploté en la historia, que los niños son capaces de creer y crear cosas increíbles.

Honras a las madres solteras en este libro y rompes con el prejuicio de la madre “luchona”…

A ésos que se burlan, quisiera que pasaran un día como ellas lo pasan, por supuesto que el rollo de “luchona” está mal. Nuestro caso no es resolverlo todo, pero ése es un tema de género muy fuerte; si pudieran, deberían pedir ayuda, una mano extra no les caería mal, y mi respeto para cada una de las madres solteras.

Por Alexis Jiménez Calderón

MasCultura 10-ene-2017