“Quiero seguir experimentando”: Entrevista con Benito Cerati

El parecido a su padre, Gustavo Cerati, es inminente: Alto, ojos verdes, pelo teñido al estilo de Kurt Cobain, nariz alargada y fina. Paso firme. Con mucha personalidad. Sumamente amable. Muy dentro de mí me preguntaba: “¿cuántas veces no se lo habrán dicho?” y Benito Cerati siempre lo recibe como un cumplido. Me reúno con él, la gente que coordina sus entrevistas y con Dayan en un café de la Colonia Roma. Previo a la plática, le entregó dos de los suplementos de Lee+: uno el número 91 (Las Sombras y la noche) y el número 93 (Laberintos). En éste último, queda maravillado y me platica lo mucho que le encanta “Labyrinth”, de Jareth (el personaje que interpreta David Bowie) y de cómo se convirtió en una de sus películas favoritas de toda la vida, sin embargo, también sirvió en aclarar algunas dudas que tenía acerca de una biografía no oficial de su padre y en el que hice mención dentro de El rock a través de la noche mientras él va ojeado el artículo. Quién sino él para decírmelo. Después de todo ello, comenzamos la entrevista para hablar de Zero Kill, su banda y esto fue lo que me platicó.

Había mucha expectativa de que vendrías a México desde hace como 2-3 años hasta apenas que se confirmó tu participación en el Cosquín Rock de Guadalajara… ¿por qué venir hasta apenas ahora?

Benito Cerati: Cuando saqué el primer disco, yo no tenía planes de hacer gira. Solamente quería sacar un disco y era lo único que quería hacer. En mi inocencia quizá de cuando tenía 17 años, no pensaba como el mundo iba a recibir eso. Sólo pensé en la sensación de satisfacción y de estar contento al momento de sacarlo y que iba a ser como comprarme un juego de Playstation. Es por eso que yo no vine en ese momento, porque era algo muy personal y no quería promocionarse, no quería ser sólo una figura. Tampoco tenía muy claro qué era lo que yo quería hacer profesionalmente, era simplemente una cosa que necesitaba hacer en el corazón, como hacerlo nomás y es por eso que yo no me fui a ningun pais, nada. Tardé como dos años en decir “¡Ok!, voy ahora a Estados Unidos…”. No era a lo que apuntaba en ese momento.
A partir del segundo disco, conformé una banda propiamente hecha y consolidada y grabé un material en el cual se escucha a una banda. Son los mismos con los que ensayo y me voy de gira siempre y dentro de él se armó como una especie de sociedad que no sé cómo explicártelo y me sacó como ese miedo a estar solo en esto. El primer álbum lo hice completamente solo, pero conté con el apoyo de Tweety González como productor dentro de él, pero más allá de un experimento frío y que no tiene la calidez de salir de gira al tener ya en forma un equipo, estar más grande y querer ahora si hacer algo profesionalmente con la música con éste último disco que saqué, me dieron unas ganas enormes de querer viajar y realmente ponerle la garra a decir “quiero irme de gira, quiero que la gente que le pueda llegar éste disco en verdad lo escuche”. Por eso decidí que a los pocos meses de su salida, empezar en una ida al mundo exterior y empezar por México y es por eso que por fin se me hizo en estar aquí.

¿Quienes habitan en Alien Head? ¿Qué personajes aparecen dentro de él y por qué elegir este título?

BC: Tenemos una mascota que se llama así y es quien aparece en la tapa. Es una especie de Alien-Fantasma, digamos una mezcla de ambas cosas. El concepto nació después de una visita a Nueva York a un museo de espiritistas. Era muy chico, había fotos de familias tipo color sepia y que daban un aspecto de viejo y fantasmal, como de ese tipo de fotos que dices: “¡Ah! ¿qué apareció ahí atrás?” ¿viste?. Era un museo lleno de ese tipo de fotos y en aquel entonces tenía como 12-13 años, me decía: “No, eso es photoshop, no puede ser…”. La gente que iba a ese museo de verdad se sorprendía y yo incrédulo sólo me limitaba en decir: “Esto es muy obvio”.

Luego, mi viejo (Gustavo Cerati) hizo una canción que se llama “Médium” en base a esa experiencia y haciendo este material, se me vino de nuevo esa anécdota a la mente. En ese momento estaba pasando por un periodo en el que quería que mi disco fuera una especie de sátira a varias cosas y se me ocurrió que pudiera ser gracioso después de pensar en el título de Alien Head, me pareció divertido hacer una sátira a eso, que sea no falso, sino ultra-falso, que ni siquiera fuese una especie de photoshop, sino sólo un tipo que se puso una tela, una máscara, que lo ves ahí atrás y en donde las familias no existen. Es como una especie de toma divertida, de ese tipo de situación, ¿no? y es por eso que se convirtió en nuestra mascota y que aparece en nuestro video como personaje recurrente. Después líricamente es observacional, si se pudiera decir de esa manera, muy de observar cosas que he visto que le suceden a otros o de cosas que me parecen muy absurdas, como en el caso de la canción número ocho del disco y que está basado en una noticia que leí en un diario, en donde un hombre, por acto de amor, se comió un perro y me pareció el hecho de recolectar notas absurdas que hasta digo: “¿cómo llegamos a esto?” y el disco está plagado de éste tipo de cosas que son medio ridículas y que tienen un humor en particular. Alien Head  tiene eso: un título un tanto serio en el sentido de que fui generando una consciencia un poco universal en el sentido de pensar: “Ok, podemos pensar de que hay extraterrestres, pero los extraterrestres somos nosotros”, entonces al final, todos terminamos siendo aliens. Seguramente si nos vieran con telescopios desde otro planeta, se estarían cagando de risa de cómo nos estamos matando entre todos, que a pesar de todos los problemas que tenemos acá, no se compara a la inmensidad que hay allá afuera y pensar en que todo está bien. Y bueno, el título le hace referencia a eso, de cómo tenemos la cabeza puesta en el espacio, de que todos somos parte de ahí.

¿Qué hay dentro de tu música que tú como mente creativa miras en él, pero que nosotros como audiencia no?

BC: La verdad es que hay cosas personales dentro de todo, como visiones que le pasan a algunos de mis amigos. Por ejemplo, “Te amamos Pero Necesitamos un Poco de Espacio” que es el primer tema, yo tenía una visión específica de lo que quería que hablara el tema. Tenía unos conocidos que eran una pareja de tres y nunca había visto eso, tenía como 19 años y me decía “¡Wow! ¿existe esta posibilidad?” y me imaginaba dos de ellos que se separaban de uno porque era re pesado, era así de “te amamos, pero necesitamos que te vayas”, de que tienen que ser dos en vez de tres. Eso era mi concepto interno y de repente lo que pasaba era que mucha gente empezaba a darle otro sentido. Me acuerdo que cuando grababa el disco, el ingeniero de sonido tenía una hija y él, junto a su esposa, le cantaban y la niña no para de llorar y después le cantaban “Te Amamos Pero Necesitamos un Poco de Espacio”. Entonces a partir de ahí empezaba a tener muchos sentidos, puedo tener una visión de lo que puedo llegar a ver en la música o en las letras, pero al final también sirve el afuera, ver que puede llegar a tener otro significado que le da la gente y eso es lo que aprendí con esas cosas y con otros temas del disco que también el significado no es necesario, sino que forma parte del encanto, de que la persona que lo escucha lo pueda conectar con sus propias vivencias. Entonces deja un poco abierto el significado. Me gusta tener distintas opiniones, no todo tiene que ser autorreferencial o pensado desde lo que uno ve, sino que también otro me puede traer otro significado. Eso está bueno.

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¿Cómo describirías el momento por el que estás pasando como artista y que te falta por hacer?

BC: De chico siempre quise tener discografía, era lo único que me interesaba: tener discos. Me gustaba mucho lo que pasaba con David Bowie, que cada disco era distinto, hacías una comparación entre uno y otro y no se parecían en nada, de cómo cambiaba el look o incluso cambiaba el tono de voz. Eso me impactó mucho y yo quería eso. La verdad es que nunca pensé en triunfar. Quería hacer esto por mera diversión, como un acto lúdico y eso de chiquito me asombró demasiado. La música me hace recordar ser joven. Jugaba mucho a ser músico cuando era niño y hasta la fecha lo sigo haciendo.

Claro, la influencia que te dejó tu padre es evidente…

BC: ¡Por supuesto! El estar rodeado de todo ello. Pero no sé si tenga metas más allá de eso, ¿no?. Me gustaría seguir haciendo discos, seguir experimentando y seguir viendo de qué forma llegó a cierto género de música, cuál sería mi impronta en el Funk o Clásica. Eso me motiva y me motiva también el tener a gente que se sube al tren, como pasó en el Cosquín Rock y que haya mucha gente cantando, bailando, gritando y pidiendo temas. Eso es algo que descubrí y que es gratificante, porque cuando todo es en vivo, el show me lo hacen ellos (el público), no lo hago yo.

Eso es hermoso y siento que la meta está cumplida y cada día en el que hay concierto, hay que irlo construyendo y me siento bien en donde estoy.

¿Qué influencias culturales, muy aparte de la música anglo, tienes tanto de tu país como de Latinoamérica en general?

BC: Mucho. De Argentina un ídolo que me encanta es Charly García. Me parece que va mucho de la mano, es una persona que prácticamente ha entendido todo, más allá de que está recontra quemado, de sus mil vueltas como personaje y que sea una persona muy difícil, artísticamente es un humano que tiene la antena integrada, no sé como explicartelo. Hay gente que ya de entrada sabe qué es la música y que vienen con el chip incorporado y creo que es un ser que tiene eso al igual que mi padre (Gustavo Cerati). Ellos dos son lumínicos en términos musicales. Fuera de la música, tengo un montón de referentes. Soy muy fan del cine y me gusta mucho lo que hace David Lynch, Lars Von Trier y Gaspar Noé. Me encanta lo que hacen estos directores. Escritores como Jorge Luis Borges también me gusta mucho. Tengo como una variedad bastante amplia.

Si Alien Head  fuera un libro… ¿qué tipo de lectura sería?

BC: ¡Ja! Sería como uno de esos libros que lees al revés. O de esos que te dicen “Elige tu propia aventura” y de repente te manda a otras páginas que te dicen “Si quieres correr, pasa a la página 48”. Un poco así de ese estilo, porque a veces voy hacia donde me lleve el viento, de qué es lo que quiero hacer y de que si quiero ser Rock o ser electrónica, voy a la página que me corresponde. Que sea un viaje no lineal. Así sería la lectura.

¿Qué sigue maravillando a Benito Cerati ante la vida?

BC: Muy buena pregunta. La vida en sí es una maravilla. Tuve mucho tiempo de encierro en mi vida, muy de vivir en una burbuja entre padres y el círculo en el que me rodeaba, era muy selecto. Y una vez que cumplí los 18, pude hacer lo que en ese momento tenía ganas de hacer, empecé a vivir la vida y hasta la fecha la sigo viviendo y me he ido sorprendiendo con todo. En realidad y algo que me apasiona mucho y que de alguna manera tiene que ver con México es la cultura y las sociedades, de cómo funcionamos todos, del por qué actuamos como actuamos y la evolución del comportamiento humano. Todo eso me apasiona.

Por Mariel Argüello
Fotos: Dayan Álvarez