"Ulises", de James Joyce, en diez frases

Hoy se cumplen 75 años del fallecimiento del reconocido escritor irlandés: James Joyce. Tras la publicación del Ulises, hace 94 años, Joyce no consiguió reconocimiento. Tuvo que pasar un largo periodo para poder se considerado como uno de los escritores más representativos del siglo XX. En conmemoración, les compartimos algunas frases de su libro Ulises (El cuenco de plata/extraterritorial, 2015).

1. “Un nuevo matiz de colores para nuestros poetas irlandeses: verdemoco. Uno puede casi saborearlo, ¿no crees?” (19).

2. “La canción de Fergus: cantando solo en casa, prolongando los largos acodes sombríos. Su puerta estaba abierta: quería escuchar mi música. Silencioso, con temor y lástima, fui hasta su cabecera, lloraba en su mísero lecho. Pero esas palabras, Stephen: el amargo misterio del amor.” (23).

3. “–Si tan solo pudiéramos vivir de un alimento tan bueno –le dijo a la vieja alzando un tanto la voz–, no tendríamos el país lleno de dientes podridos y de intestinos podridos. Viviendo en un chiquero, comiendo comida barata y con las calles cubiertas de polvo, bosta de caballo y escupitajos de tuberculosos.” (27)

4. “En Inglaterra sentimos que los hemos tratado de una manera bastante injusta [a los irlandeses]. Parece que la historia tiene la culpa.” (33).

5. “El vacío aguarda sin duda a todos aquellos que tejen el viento; los amenaza, los desarma y los aniquila, esos ángeles belicosos de la iglesia, las huestes de Miguel, que la defienden por siempre a la hora de la discordia con sus escudos y sus lanzas.” (34).

6. “–Aquel que le roba al pobre le presta al Señor. Así habló Zaratustra.” (35).

7. “El pensamiento es el pensamiento del pensamiento. Apacible claridad. El alma es de alguna manera todo lo que es: el alma es la forma de las formas. Súbita tranquilidad, vasta, incandescente: forma de formas.” (39).

8. “Me fue revelado que son buenas las cosas que se corrompen. No podrían corromperse si fueran extremadamente buenas, pero tampoco se podrían corromper si no fueran buenas. ¡Ah, maldito sea! Es de San Agustín.” (149).

9. “Una duodena de notas golondrinas gorjearon una brillante respuesta aguda bajo unas manos sensitivas. Brillantemente las teclas, todas destellando, entrelazadas, todas clavicordeando, llamaron a una voz para que cantara la melodía de las mañanas perladas, de la juventud, de los desencuentros amorosos, de la vida, de la alborada del amor.” (265).

10. “Dulces son las dulzuras. Las dulzuras del pecado.” (442).

-James Joyce. (2015). Ulises. Argentina: El cuenco de plata/extraterritorial.

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