Sube y baja

Arriba y abajo son dos conceptos que aprendemos a diferenciar desde que somos niños. Subimos hasta lo alto de la resbaladilla, nos deslizamos hacia abajo y volvemos a empezar; en el sube-y-baja descubrimos la estrecha relación entre dos conceptos que se balancean a partir de un punto de apoyo o de referencia, según se mire. Metáfora de la vida, el sube-y-baja representa los vaivenes de la existencia, el ciclo imparable de la rueda de la fortuna que nos lleva de arriba hacia abajo y viceversa. Podemos estar en el hoyo, en condiciones adversas, sufriendo desventuras y rechazos o, por el contrario, contemplar desde lo más alto el mundo, rodeados de alegrías y placeres, mirando de frente al sol. Sin embargo, estar abajo no es sinónimo de infortunio: explorar las profundidades es una aventura hacia lo desconocido, a la búsqueda de nuevos mundos o sensaciones; descender a lo más recóndito de nosotros mismos es, con toda seguridad, uno de los viajes más emocionantes que se puedan emprender. De la misma forma estar arriba, en la cúspide, no significa estar mejor porque las alturas marean, se pierde el piso y quien se regodea en su vanagloria corre el riesgo de desbarrancarse. Como dice El Tri: lo difícil no es llegar hasta arriba, sino quedarse ahí toda la vida.

Este es el concepto de este nuevo número: jugar con esos dos extremos tan presentes en nuestra vida, y que a fuerza de repetición olvidamos hasta cierto punto, y que siempre están ahí, bien presentes, como cuando subimos y bajamos escaleras.

En estas páginas encontrarán informes sobre los enanos: ¿Qué se sentirá vivir casi a ras de piso y mirar desde ahí las cosas? ¿Cómo era la vida de los liliputienses que ataron a Gulliver? ¿Han oído hablar de Chiquita, Espiridiona Cenda, que no medía más de setenta centímetros? ¿Y de “Elena”, el enano de José Revueltas?; un artículo sobre pilotos en rústicos aviones y modernísimas naves espaciales que atraviesan el cosmos infinito; uno más sobre seres que vuelan. ¿Se puede despegar los pies del suelo sin necesidad de subirse a un avión o montarse en un parapente? Al menos en los terrenos de la literatura sí es posible hacerlo, basta asomarse a las novelas de Paul Auster, Mr. Vértigo o de John Boyne, El increíble caso de Barnaby Brocket. Y por último uno dedicado a las profundidades, esas que tanto nos atraen por ser desconocidas, como el centro de la tierra, o el metro y sus enseñanzas, y la red de tuberías que de tan extensa da varias vueltas a la tierra.

Y sobre estos dos conceptos nos hablan, a través de sus libros, Karen Chacek con "La caída de los pájaros" y "Resaca", de L.M. Oliveira, historia que retrata la vida de un médico que aparentemente lleva una vida feliz y que un día cae estrepitosamente. Y si quiere levantarse primero debe redescubrirse a sí mismo.

En portada, creado por Charles M. Schulz en 1950, Snoopy. "Aquí está el piloto de la Primera Guerra Mundial abordo de su Sopwith Camel buscando al Barón Rojo", dice al comienzo de sus cartones el beagle más famoso del mundo, cada vez que despega para buscar en el aire a su más acérrimo y escurridizo enemigo.

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Mascultura 04-Dic-14