"El buscador de almas" de Georg Groddeck, una novela psicoanalista y escandalosa

La picadura de un insecto siempre causa molestias. Y, dependiendo del bicho, crece o se disminuye la preocupación. ¿Cómo reaccionarían ante una plaga? No de los siempre inoportunos mosquitos, sino de las acomodadizas chinches. Expertas en habitar casi invisiblemente las camas y los sofás de nuestras casas, las chinches podrían conducirnos hasta la locura. Por lo menos ese fue el caso de un inteligente hombre en la novela “El buscador de almas” (2014), de Georg Groddeck, que en una cuidada edición nos trae Sexto Piso.

August Müller es un hombre acomodado y culto que vive con su hermana Agathe y su sobrina Alwine. El primer llamado a la aventura que resuena entre las palabras es diminuto y escurridizo, más precisamente, tiene la forma y los hábitos de una chinche. Pronto, esa nimia causa de los desvelos de la familia Müller se vuelve constante y creciente. August relega sus libros, que pronto se notan con una capa de polvo, para dedicarse al aniquilamiento total de cada una de las liendres. Exhausto, va en busca de un remedio secreto que guarda un viejo colega de su primo Lachmann. Sin embargo, el viaje que emprende lo devolverá completamente transformado.

En “El buscador de almas”, asistimos al humor que plasma Georg Groddeck a lo largo de sus capítulos, acompañados, también, de la angustia sufrida por Agatha, causada por el trastorno de August, también Thomas Weltlein, que, como Don Quijote, recorre las calles predicando sus incómodas y transgresoras ideas. Tachado tanto de pervertido como de loco por considerarse el elegido para cumplir una empresa divina, August se ve involucrado en toda una serie de situaciones inusuales: desde ser confundido con un ladrón de viñedo hasta ganar el debate en una asamblea popular convocada por la Cooperativa de Consumidores de Berlín. August no desertará hasta que lo marque el inevitable destino.

Considerado el fundador de la medicina psicosomática durante el siglo XX, Georg Groddeck escribió “El buscador de almas” en la primera mitad del siglo pasado. Sus propios comentarios afirman que había llegado a conclusiones muy parecidas a las de Freud, antes de conocerlo y con quien comenzó a escribirse en 1917.

¿Qué reacción imaginan que haya causado esta novela entre los editores de aquella época, para que absolutamente ninguno se animara a publicarlo? Así es, desesperanzado por tantos rechazos, el médico alemán le mandó su manuscrito a la autoridad en el psicoanálisis, Sigmund Freud, el 19 de octubre de 1919. No guardaba ningún atisbo de seguridad, pues, incluso Freud, no le respondió hasta finales de enero del siguiente año. ¿La respuesta? Le había gustado. “El buscador de almas“ vio la luz a principios de 1921.

Hoy en día, el psicoanálisis sigue causando polémica en muchos lugares donde se cita. En sus días, la novela de Groddeck causó escandalo incluso dentro de las mismas filas de los psicoanalistas. Sexto Piso nos comparte esta edición de “El buscador de almas” para hacernos parte de la discusión, donde el mismísimo Freud tomó partido en defensa del texto que ahora nos espera en los estantes.

Rolando Ramiro Vázquez Mendoza

Mascultura 23-Jun-14