Este miércoles 25 de abril, el Jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes dio a conocer al ganador de su edición 2018: el cineasta, documentalista y amante de la música Martin Scorsese. Al momento de publicar el fallo, en Oviedo, España, el Jurado aseguró que Scorsese es “uno de los directores de cine más destacados del movimiento de renovación cinematográfica surgido en los años setenta del siglo XX, por la trascendencia de su labor creadora y porque se mantiene actualmente en plena actividad”.
El galardón se suma a una larga lista de reconocimientos a su trabajo que incluye un Oscar como Mejor Director (por Los Infiltrados de 2006), cuatro Globos de Oro, tres Premios BAFTA, dos más en Cannes e, incluso, un Emmy. Con esta entrega, Scorsese entra a la selecta lista de cineastas neoyorquinos reconocidos por la Fundación Príncipe de Asturias en la que solo figuran Woody Allen (2002) y Francis Ford Coppola (2015).
Como siempre que se entrega un Premio, no faltarán los críticos que se pregunten por qué él y no otro. Y es que en esta ocasión, el director de El Lobo de Wall Street y Taxi Driverse impuso ante otros talentos que, en opinión de muchos, también son merecedores del Premio. Entre los 35 candidatos de este año se encontraban, por ejemplo, Joan Manuel Serrat, Antonio Banderas y Raphael. Pero el Jurado determinó que los aportes del italoamericano, por hoy, son más relevantes para la cultura global que los del resto.
¿Y cómo no considerarlo así? Además de los 24 filmes que ha dirigido (entre los que se cuentan clásicos contemporáneos como Toro Salvaje, La Última Tentación de Cristo, Buenos Muchachos, Casino y Pandillas de Nueva York), la obra de Scorsese incluye también poco más de una decena de documentales en los que podemos descubrir, por ejemplo, la vida de los migrantes en Estados Unidos (Italianamerican, 1974) o los pormenores biográficos de grandes personalidades como Bob Dylan (No direction home: Bob Dylan, 2005) o George Harrison (Living in the Material World, 2011).
Por si fuera poco, Scorsese nos regaló, hace un par de años, la dirección del episodio piloto de la ambiciosa serie Vinyl, cuya trama nos lleva a las entrañas de la industria discográfica en los años 70. Además, muy pronto escucharemos más de él, pues actualmente está trabajando en la que será su 25ª película: The Irishman, a estrenarse en 2019. Un galardón merecidísimo pues, sin duda, Martin Scorsese es uno de los genios creativos más relevantes de finales del siglo XX y lo que corre del XXI.