Gilbert y George se recrean en el lado más truculento de Londres

Muerte, sexo, drogas, robo y violación son las palabras que más se repiten en el nuevo trabajo de los artistas Gilbert & George, presentado hoy en Londres y que muestra la cara más sórdida y truculenta de la capital británica.

A través de titulares de periódicos coleccionados durante años, una de las parejas más peculiares del mundo de arte ha decidido diseñar un paisaje de Londres lleno de violencia y agresión, "tal y como es el ser humano".

"Nos dimos cuenta hace mucho tiempo de que cada titular relata una historia vital extraordinaria que nos ayuda a reflexionar sobre qué nos estamos haciendo los seres humanos los unos a los otros", explicó hoy Gilbert en una entrevista de ambos artistas con Efe.

"London Pictures" es su trabajo más extenso, en total 292 fotografías de gran tamaño que se exhiben desde mañana en las tres sedes londinenses de la galería White Cube y que más adelante podrá verse internacionalmente.

Gilbert & George, un italiano de 59 años y un inglés de 60, coleccionaron durante años los carteles típicamente londinenses que anuncian en la calle el titular de portada del periódico vespertino "Evening Standard".

Los dos artistas, que se conocieron en los años 60 en la escuela de arte de Saint Martins de Londres, revelan encantados cómo utilizaron toda clase de triquiñuelas para ir robándolos hasta hacerse con un total de 3.712 carteles.

En cada uno de los gigantescos murales se agrupan de manera repetitiva titulares como "muerte misteriosa de un taxista", "niño encarcelado" o "mujer asesinada en un tiroteo" sobre un fondo con fotografías de la ciudad y los retratos de los artistas.

A modo de firma, en la base izquierda de cada una de las obras, aparece la efigie de la Reina de Inglaterra junto a palabras como sexo, islám o asesino, según el tema del cuadro.

Los artistas, que hicieron su primera exposición conjunta en 1967, han abandonando sus habituales colores brillantes para reducir su nuevo trabajo a tres tonalidades: rojo, gris y el "color de la piel".

Un trabajo oscuro sobre la capital británica en un momento en que la ciudad se viste de gala para celebrar el Jubileo de Diamantes de Isabel II y los Juegos Olímpicos.

Ellos insisten en que todo ha sido un "accidente", ya que empezaron a preparar esta exposición hace seis años y por casualidad la han inaugurado "en medio de todo esto", explican casi al unísono.

"No creemos en los Juegos Olímpicos, son una competición y como tal no nos interesan", asegura George tajante, mientras Gilbert apunta que "el deporte une a la gente pero también saca su peor cara: la violencia y la agresividad vinculada al orgullo nacionalista".

Los ganadores del premio Turner en 1984 contestan completamente sincronizados -uno empieza la frase y el otro la termina-, visten con colores diferentes pero de manera casi idéntica, con la misma corbata y con un bolígrafo en el bolsillo de la chaqueta.

Su acercamiento a la realidad dura de la capital británica hace inevitable la comparación con el escritor Charles Dickens, el bicentenario de cuyo nacimiento acaba de celebrarse.

"Siempre nos han acusado de dickensianos. Él retrataba, igual que nosotros, la vida real sin adornos y, como nosotros, quiso dar a conocer esa faceta de la gran ciudad tanto a su generación como a las venideras", explica George, que lleva viviendo 40 años con Gilbert en el este de Londres, donde el escritor basó muchas de sus historias.

Estos dos artistas, uno inglés y otro italiano, se convirtieron en pareja de hecho en 2008, según dicen, por cuestiones económicas y de permanencia de su obra, pero hasta para su biógrafo oficial es un misterio qué tipo de relación tienen.

Sus paseos nocturnos por la gran ciudad son su mayor inspiración, confiesan.

"De repente ves a la policía llamando al timbre de una casa y piensas: Dios mío! ¿Qué ha pasado? Una muerte, una tragedia, un encarcelamiento. Toda una pesadilla para el resto de la vida de esa familia que, al ser capturada en el titular de un periódico, tendrá solo un día de vigencia", relata Gilbert.

A pesar de la crudeza que destila su último trabajo, los artistas insisten en que es "una celebración de la libertad que disfrutamos en las democracias occidentales".

"Estas cosas terribles que suceden son el precio que pagamos por la libertad de la que disfrutamos", asegura George, mientras Gilbert añade inmediatamente: "La vida en la gran ciudad es compleja pero fascinante, atormentada pero vibrante".

 

Ramón Abarca