10 libros para cambiar el mundo

10 libros para cambiar el mundo
13 de abril de 2020

Nada como un buen libro para conocer otras realidades, viajar a mundos insospechados y desarrollar ideas inéditas. En los libros encontramos todo lo que hace falta para cambiar el mundo, y no solo desde el punto de vista técnico o científico. Para el maravilloso cerebro humano, que es capaz de inventar toneladas de artículos –útiles y banales–, la literatura es un parque de diversiones, un laboratorio donde todo es posible y se puede experimentar sin temor ni límites lógicos o presupuestales. Se nos pide que contribuyamos a cambiar el mundo reciclando, reutilizando, moderando el consumo, contaminando menos, pero hay otras maneras de modificarlo.

  1. Desde el interior. Sin introspección, ¡imposible entender la necesidad de cambiar! Porque los cambios interiores se reflejan en el mundo, libros como El chico del bosque, de Nathalie Minne, nos llevan a ponernos en el lugar de ese muchacho que tiene la capacidad de mostrar a otros la belleza oculta de los árboles, los juegos de los animales y el canto de la noche, aunque a veces sufra pensando si un día también él será capaz de alejarse de ese lugar en el que ha vivido siempre. O como Tomás, el muñeco de madera que para relacionarse mejor con los demás comienza por tomar un borrador que elimina su propia intolerancia y mal humor (Tomás y el borrador mágico).
  2. Lo sencillo. A veces no se requieren grandes ajustes sino comenzar con acciones mínimas, cuyo impacto en el mundo se potencie. Ese efecto tiene el descubrimiento de la pequeña protagonista de Ella es Pera, quien se empeña en que todo se concrete al instante para jamás tener que esperar, hasta que se tropieza con un buen motivo para soltar el acelerador y su familia pueda suspirar aliviada. Lo importante es no quedarse cruzado de brazos y padecer en silencio cuando lo que se requiere es un cambio. Y aunque recién llegada a la adolescencia, Ajo descubre el poder de actuar contra lo que le molesta en La breve pero significativa lucha de la niña ajolote.
  3. El arte. La belleza, lo impensado, ha sido y siempre será fuente de inspiración para la mente humana, y en Frida puede corroborarse, pues conjunta la estética, el peculiar proceso creativo y el colorido de la obra de la gran pintora mexicana con el asombroso genio creativo de Benjamin Lacombe en una edición encuadernada con tela y páginas troqueladas de cuyo embrujo es imposible sustraerse.
  4. El amor. ¿Por qué cambiar, si no es para mejorar? Tanto en lo individual como en sociedad, las personas hallan en el amor un impulso poderoso, quizá el mayor de todos, para dirigirse al futuro con confianza y una visión positiva. Pero ¿alguien sabe cómo es el amor? Si nadie lo ha visto, corroborar si está presente o no en una relación parece imposible. Por eso, el protagonista de La investigación se propone averiguar cómo se manifiesta ese sentimiento. Tener esa información habría representado la vida entera para Los amantes mariposa, quienes en lugar de intentar cambiar el mundo sucumbieron a la injusticia y la inequidad. Pero administrado en dosis pequeñas y muy reconocibles, como los besos, el amor ilumina, alienta y conforta, y así arropados podemos lograr lo que sea. Para corroborarlo, ahí está Osito en La casa de los besos.
  5. El conocimiento del pasado. Mirar hacia atrás y ver lo que tenemos hoy nos puede enseñar muchas cosas, como que de aquellos majestuosos dinosaurios que recorrían la faz de una Tierra feroz nos han quedado sus primas hermanas, ¡las gallinas! (La verdad sobre los dinosaurios). Revisar la historia puede no solo evitarnos un doble tropiezo con la misma piedra; sobre la experiencia se puede construir muchas cosas, como el entendimiento, la tolerancia, el respeto y la admiración, todas cualidades necesarias para cambiar el mundo, pero con conciencia y propósito. Cuentos mayas, de Judy Goldman, cuenta de manera entrañable historias de aquellos tiempos en que animales, plantas y humanos vivían en igualdad de condiciones y tenían el mismo valor y la misma importancia a los ojos de los dioses. Volver a prestar oídos a lo que naturaleza tiene que decirnos siempre es una buena idea, y libros como Sobre la montaña y A través de la sabana son una manera preciosa de reconectar o, en el caso de los más pequeños, de comenzar a practicar.
  6. La imaginación. ¿Cómo transitar hacia el cambio si no se sabe lo que nos deparará? Como Alicia: con la mente abierta y dispuesta a desafiar la lógica y la cordura para descubrir maravillas detrás de una puerta ordinaria. Edelvives tiene varias de las ediciones más bellas de Alicia en el País de las Maravillas, con las ilustraciones originales de Sir John Tenniel, con las de Benjamin Lacombe e incluso una que se despliega en forma de carrusel.
  7. La curiosidad. Porque de otra manera no exploraríamos, inventaríamos ni emprenderíamos caminos inexplorados, siempre es buena idea estimular la imaginación y mantenerla en forma. Dos colecciones que chicos y grandes pueden compartir y seguramente conducirán a todos a incubar ideas relucientes son Óscar el tlacuache, entrañable personaje que escudriña su entorno mexicano y formas de vivir en armonía con la naturaleza y sus semejantes, y Ajonjolí, que aborda las peripecias de una inquieta ardilla morada, cuya mente siempre está dilucidando formas de “salir de la caja”.
  8. Acciones (pequeñas y grandes). Desde luego, poner manos a la obra es la forma más efectiva de modificar aquello que no funciona o que es perfectible. De lo micro a lo macro, Millones de monstruos, de Agustín Cadena, nos lleva por el fascinante mundo de la microbiología en una novela dedicada “a los niños que no se lavan las manos”. Llegaron con el viento, de Laura Santullo, es otra novelita que aborda el problema de la contaminación y la escasez de agua e impulsa la noción de que es posible luchar por recuperar lo dañado. Macaria, fascinante historia de fantasmas y rarezas, habla de que a veces hay que hacer esfuerzos comunitarios para luchar contra la intolerancia y la ignorancia, mismos aspectos que constituyen el eje de Cajas chinas, un guion novelado que retoma un terrible episodio que la historia mexicana ha dejado en el olvido: el del exterminio de migrantes chinos en el siglo xix.
  9. La preparación. Las personas informadas tienen bases más firmes para tomar decisiones referentes a su futuro y el de su entorno. Dicha preparación puede comenzar desde la infancia. De ahí que colecciones como Quiero ser, de la popular autora e ilustradora Liesbet Slegers, sea tan atinada, pues con explicaciones sencillas y amenas, ilustraciones coloridas y un vocabulario básico, informa a los pequeños a partir de los cuatro años de las actividades y satisfacciones de algunas de las profesiones que más atraen a los pequeños.
  10. La magia. No porque surta efecto real sobre problemas ambientales, sociales, económicos o políticos, o porque represente el último recurso si todo falla, sino porque a menudo los cuentos de hadas están llenos de mensajes de esperanza y los malos siempre reciben castigo. Las mejores de esas historias tradicionales, que durante generaciones han recorrido todo el orbe, se reúnen en el volumen Cuentos auténticos de los hermanos Grimm, traducidos, editados e ilustrados en México. El traductor y compilador, Luciano Pérez, trabajó sobre una edición original del siglo XIX sin azúcar añadida, y las poderosas imágenes de Felipe Ugalde completan un libro maravilloso y memorable, prologado por Agustín Cadena.

En familia, en solitario, para lectores avezados o incipientes que están incursionando apenas en los mundos de papel, la narrativa, la poesía, los hermosos álbumes ilustrados son el estímulo, el alimento que la mente y el espíritu necesitan para brillar e iluminar el mundo.+