EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR: El terror de la falta de información

Cuando se estrenó El proyecto de la Bruja de Blair (octubre de 1999) la humanidad comenzaba a palidecer por lo que a la postre se convirtió en otro de los tantos fines del mundo que hemos tenido. La diferencia con esos días es que dado el cambio del calendario de los 1900 a los dos miles, existía toda una teoría que apoyaba un colpaso en las computadoras y en consecuencia la paralización del mundo tal cual lo conocíamos hasta esos años. Un apocalipsis de datos e información.

En esa atmósfera paranoica en la que los aparatos iban a dejar de ser útiles, comenzó una de las primeras campañas virales (con los medios de esa época) que hemos conocido. De repente un rumor circulaba entre vecinos y amigos: se había encontrado material en video de unos chicos que, grabando un documental sobre un caso extraño en Maryland, habían desaparecido sin dejar pistas; sin embargo, al parecer en los videos estaba la explicación de todo.

Lo siguiente era ir al cine -porque ese material se había reunido en un "documental"- y ver uno mismo lo que estos chicos habían grabado. El día después, la emoción de haber visto lo que se ve en El proyecto de la Bruja de Blair, se mantenía y recirculaba en las pláticas después de clase, especialmente porque "sabíamos" que todos en el video habían desaparecido de este mundo. A esa película se le debe, entre otras cosas, un refresco en la forma (y probablemente el fondo) del cine de terror en Norteamérica, una vuelta hacia adentro en donde los fantasmas dejan de ser seres detrás de las paredes y las víctimas dejan de ser chicos cabeza hueca o mujeres de cascos ligeros.

No sólo eso. El proyecto de la Bruja de Blair hablaba, antes que nadie en el género, a través de las tecnologías populares y al evidenciar la pérdida de interés en el detalle de las nuevas generaciones (para quienes todo debe ser rápido e instantáneo) transformaba el origen del miedo en una cinta de terror. ¿Por qué? Porque a diferencia de otras películas en donde lo que espantaba eran rostros deformes o demoniacos, posesiones o casas embrujadas, caras de alarido o vísceras salpicando la pantalla, puertas que se azotan o ouijas que se mueven solas, el miedo generado en El proyecto de la Bruja de Blair nace donde la información desaparece del encuadre.

El proyecto de la Bruja de Blair se alimentó de los terrores personales de cada espectador y le habló a cada uno de manera individual. Cuando la cámara se agitaba fugazmente, cuando cortaba o cuando se escuchaba algo que no se veía en el encuadre, cada uno de nosotros, individuales como las cámaras portátiles que en ese apocalíptico año se ponían cada vez más de moda, rellenábamos los huecos con nuestros miedos y nuestros pánicos. La falta de datos generaba información terrorífica. Con esa película y en el año donde se profetizaba la desaparición de la información, la humanidad vivió uno de los mejores fines del mundo de su aún corta historia.

Por: Erick Estrada www.cinegarage.com

El proyecto de la Bruja de Blair en Gandhi

Mascultura 26-Oct-11