Last Round: El Ring de las Letras

¡Lectores todos, desde los niños, hasta el más viejito! Nos complace anunciar nuestro Last Round en este cuadrilátero de MasCultura. En cada una de las esquinas del Ring de las Letras tenemos desde poetas hasta artistas multifacéticos. ¡Hagan sus apuestas! Cada contrincante toma sus posiciones, dan el último trago de absenta y suena la campanilla.

Un molesto Tom Wolfe se enfrenta contra Norman Mailer, John Irving y John Updike: Cuando en 1998 se publican Todo un hombre, de Tom Wolfe, estos tres maestros de la ficción contemporánea coincidieron en considerar que era una porquería. El veredicto sacó de sus casillas al pionero del llamado “nuevo periodismo”. En un programa de la tele canadiense, puso al trío por los suelos y afirmó que sus críticas eran fruto de los celos. ‘Debe de darles un poco de rabia que todos, ellos incluidos, hablen de mí,’ recordó Wolfe.

Un leal de Luis Buñuel, Max Ernst, se prepara para enfrentar a Ávida Dollars, mejor conocido como Salvador Dalí: En 1946 Dalí despotricó linduras y demás calumnias contra su amigo Buñuel en una entrevista. Éste, cuando lo vio, prefirió no hacer nada por la larga amistad que habían tenido. Sin embargo, años después, a finales de esa misma década, Max Ernst encontró a Dalí admirando sus propias pinturas en una vitrina; aprovechó el descuido, le arrebató su bastón y lo golpeó en la cabeza exclamando: ¡Es por Buñuel! Venganza saldada.

Finalmente, quienes clausuran nuestro Ring de Letras son colosos de la literatura en lengua española; uno de ellos, quizá el más famoso, está por llegar a sus 400 años de fallecimiento y probablemente lo recuerden por El cerco de Numancia y El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha: una de las míticas peleas entre escritores es la que encarnaron los poetas áureos. Quevedo solía batirse en duelo o por lo menos así lo apreciamos en el Capitán Alatriste. Sin embargo, algunos de sus mejores enfrentamientos fueron contra otros poetas: Góngora, Juan Ruiz de Alarcón e incluso Cervantes representaron batallas épicas que hasta hoy en día recordamos. Uno de los famosos golpes que proporcionó Francisco de Quevedo contra Luis de Góngora reza así:

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

Así llegamos al último encuentro en el Ring de las Letras. Cada quien se queda con sus ganadores, aunque al final no se reduzca a quienes ganaron o perdieron sino al contexto y las consecuencias de cada uno de los enfrentamientos. No obstante ¿ustedes por quiénes apostaron?

MasCultura 21-abr-16