El lector ideal para Nabokov

El lector ideal para Nabokov

A mediados de los cincuenta, Vladimir Nabokov fue maestro de literatura en Cornell University. A esa temporada pertenecen clases que ahora se conservan en forma de libros: un curso que se conoce como “De literatura europea” y otro “De literatura rusa”.

Allí, antes de iniciar formalmente uno de sus tan preparados cursos sobre Stevenson, Flaubert, Jane Austen, el Ulises, La metamorfosis y la Recherche, el autor de Lolita comenzó hablando únicamente de la lectura. “Buenos lectores y buenos escritores”, llamaron los editores a esta introducción, pues Nabokov se dedicó a elaborar un verdadero elogio a la lectura.

Como fiel representante del llamado close reading, ese “lector curioso” que de tanto en tanto aparece en la literatura hispánica del Siglo de Oro, Nabokov tenía una idea muy precisa y clara de las fuerzas que convergen durante la lectura, de todo aquello que está en juego.

En ese prefacio, entre muchas ideas sumamente provechosas, se encuentra un provocador cuestionario con el cual Nabokov buscaba que sus estudiantes definieran si eran o no buenos lectores.

Al igual que Jorge Luis Borges, prefería la lectura hedónica, la que sólo se realiza por placer. Por eso un diccionario es más importante que conocer el contexto histórico de una obra. Por eso guardar memoria de lo leído puede resultar más provechoso que leer bajo la consigna de analizar un estilo y después imitarlo.

Vladimir Nabokov murió el 2 de julio de 1977, en Montreux, Suiza.+