Anagrama llega con novedades para esta temporada

Anagrama llega con novedades para esta temporada

La editorial Anagrama llega con novedades de la temporada de finales del año para todos los gustos, además que siguen celebrando su cincuenta aniversario con novedades de grandes autores de la casa, pero también de escritores de más reciente incorporación, y con algunos debuts igualmente destacables. Revisa todo lo que tienen para ti.

Mi lucha, de Karl Ove Knausgård

Mi lucha, de Karl Ove Knausgård, llega a su Fin, y lo hace llevándonos hasta el principio: Knausgård, enfrentado a un callejón sin salida literario y un punto muerto existencial, acaba de volcar sus ansiedades (y exponer a sus allegados) en La muerte del padrey se dispone a publicarla. Se hace fotos para el lanzamiento, se prepara para las primeras entrevistas promocionales, da, nervioso, a leer el manuscrito y recibe respuestas mayormente conformes. Y, de pronto, una bomba anunciada por dos palabras, «Violación verbal», que encabezan el e-mail que a Knausgård le manda su tío Gunnar: un e-mail que lo acusa de haber escrito un libro lleno de mentiras bajo el influjo adoctrinador de su madre, y que anuncia medidas legales si este llega a ver la luz. Una bomba que sacude al autor e impacta contra la línea de flotación de su proyecto, que busca poner la memoria al servicio de la honestidad: Knausgård tendrá que preguntarse si la primera no lo está traicionando, comprometiendo así la segunda, y, en caso negativo, cuáles son los efectos de querer ser honesto a toda costa.

Ampliación del campo de batalla / Las partículas elementales / Plataforma, de Michel Houellebecq

El lector encontrará aquí reunidas sus tres primeras novelas, que lo lanzaron al estrellato literario y lo situaron en el centro de la polémica, donde sigue instalado. Las tres están protagonizadas por seres desnortados y resentidos, náufragos aletargados de la sociedad de consumo. El personaje central de Ampliación del campo de batalla es un ingeniero informático depresivo que lleva dos años de castidad; Las partículas elementales confronta a dos hermanastros cuarentones: una suerte de monje científico que ha renunciado a la sexualidad y un profesor de literatura consumidor compulsivo de pornografía; Plataforma, por su parte, está protagonizada por un funcionario parisino apocado y apático, que se va de vacaciones a un paraíso del turismo sexual y acaba montando un negocio relacionado con el asunto mientras busca el amor puro… Tres visiones –o mejor autopsias– feroces y sarcásticas de la decadencia de Occidente.

 

El adversario de Emmanuel Carrère

Hay libros que atraviesan la piel como un cuchillo afilado y se clavan para siempre en la memoria. El adversariola obra maestra de Emma­nuel Carrère, es uno de ellos. Lo es por la espeluznante historia que relata: el crimen y la impostura de Jean-Claude Romand, el falso médico investigador de la OMS que, a punto de ser descubierto en la mentira de toda una vida, asesina a su esposa, a sus dos hijos, a sus padres y a su perro. Pero lo es, sobre todo, por el modo crudo e inteligente en que Carrère reconstruye los acontecimientos ocurridos en 1993 para enfrentar al lector al mal absoluto, con una potencia ética y literaria fascinantes.

Arte de Yasmina Reza

Sobre las tablas tres hombres: un narciso, un conservador, un tibio. Irrumpe en escena una pintura moderna, provocativa, indescifrable y cara. Así es ella, igual de blanca que las gélidas rubias de Chandler a las que nadie puede acercarse demasiado porque se encuentran lejos, siempre distantes, sumidas en la lectura de La tierra baldía u otra obra semejante. Por supuesto, la lógica tribal que rige la amistad del cerrado grupo de observadores convertirá la nueva pieza en el enemigo perfecto.

El diálogo se enredará entonces como una espiral para remover las aguas límpidas de una amistad que pronto se enturbia con los rencores, miedos y ansiedades que van aflorando a la superficie. De este modo, mucho más que cuestionar el mercado o sopesar cómo se adquiere el gusto, Arte trata sobre todo aquello que no nombra directamente. Y me recuerda que hablar de pintura es la forma más rápida de conocer a la gente y que el arte es el detector de mentiras más eficaz.

 

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero de Oliver Sacks

Oliver Sacks solía celebrar su cumpleaños vestido con una camiseta en la que aparecía el elemento de la tabla periódica que correspondía a los años que cumplía. Hacía esto movido por una pasión casi poética por la matemática y la neurología, pero también por una atracción rigurosamente científica hacia lo que, más allá de lo fisiológico, nos define como humanos y nos hace individuos irrepetibles, excepcionales, únicos. Su obra nos habla de la armonía extraña que se establece en el baile continuo del cerebro y la mente, de nuestra materia y lo inmaterial, del cuerpo grave y el humo fugitivo. Así, la fascinación, el asombro y la comprensión profunda de las historias clínicas nos muestran a Sacks adentrándose a pelo en los horizontes sin relieve de los pacientes, de las personas sin memoria, sin palabras, sin piel, a veces sin cuerpo siquiera para sí mismos… Se pierde él en los planos sin escala, en la búsqueda en mitad de la oscuridad sin nombres, a los que llama a voz en grito: «¿Estás ahí?» Y todos contestan: «Sí, estoy aquí, estoy perdido, tengo miedo y rabia. Estoy solo. Pero este soy yo.»

 

 

El lector de Bernhard  Schlink

La guerra ha terminado. El pasado parece lejano. El tiempo se ha deteni­do en los barrios de Berlín, que miran ahora con cierto asombro cómo surgen las nuevas construcciones sobre los solares sin vida.

Un adolescente se desvanece en una de esas calles y es asistido por una mujer. Así comienza la historia de amor que une a Michael Berg con Hannah. Volver a verla cada día se convertirá en la única obsesión del quinceañero. El colegio, los amigos, las ansias juveniles desaparecen de repente de su vida. Solo aspira a encontrarse con ella, pisar su cálida cocina, reanudar la ceremonia del baño, seducir y dejarse seducir… lo demás no importa. Da igual que no sepa quién es esa mujer. Hasta que un día Hannah desaparece. Solo volverá a verla siete años después, en mitad de un delicado juicio, en el que Berg volverá a sentirse atrapado por ella.

La hoguera de las vanidades de Tom Wolfe

Sherman McCoy, prestigioso bróker de Wall Street, se pierde por las calles del Bronx cuando trasladaba a su amante desde el aeropuerto Kennedy hasta su nido de amor. Este hecho desata un inmenso lío que pondrá en enormes dificultades jurídicas, matrimoniales e incluso eco­nómicas a nuestro protagonista. Su peripecia permite a Wolfe hilar una compleja trama que retrata con ironía y humor el universo que envuelve Nueva York, desde el refinamiento hipócrita de Park Avenue hasta las calles salvajes y sucias que rodean Manhattan, por donde también cam­pan la mafia y las nuevas sectas religiosas. Ricos empresarios, artistas, traficantes, jueces, policías, periodistas… conforman una colmena que es la verdadera protagonista de la obra. Es la Nueva York de mediados de los ochenta, que desempeña «la función de la antigua Roma», y en la que las diferentes razas, etnias y minorías se rigen por sus propios códigos de conducta pero tienen un solo objetivo: obtener el control. El poder es mucho más importante que el dinero.

El retrato social de una época que sigue muy vigente. Así funciona el mundo.