Guillermo del Toro habla sobre "Vlad" la nueva novela del escritor mexicano Carlos Fuentes

El director de cine mexicano Guillermo del Toro rompió hoy una lanza por el vampiro tradicional, un ser perverso y sin piedad, frente al "vampiro emo que está en un rincón llorando, porque lleva tantos años solo", popularizado por el cine y la literatura actuales.
Del Toro defendió al chupasangre que siente "cero empatía por su presa", como el que protagoniza "Vlad", una novela corta del escritor mexicano Carlos Fuentes donde Drácula se traslada a México, retoma su nombre mortal y revive el canon del no muerto implacable.


"Es una pieza clave de la literatura fantástica en español y una de las novelas más perturbadoras de vampiros que he leído", dijo sobre el libro, publicado a principios de año.
Al recordar la primera aparición del vampiro en la novela, un hombre desnudo, sin un solo pelo en el cuerpo y con dos lentes oscuras incrustadas en los ojos, Del Toro afirmó que le recordaba a "un padre jesuita del instituto".
El cineasta atizó el sarcasmo elogiando que Carlos Fuentes, maestro de la sátira, no eligiera la metáfora fácil de hacer al no muerto un político, "porque todos los vampiros de México son políticos, y todos los políticos de México, vampiros".
Se regocijó también de que "el villano primigenio" de la novela no sea el vampiro, sino un notario. "Me encanta que torturen a un funcionario", ironizó.
"Vlad" le apasiona además porque el personaje es también un "empalador espiritual", que destruye psicológicamente a su víctima.
El cineasta deleitó al público con su erudición sobre la novela de vampiros y la figura histórica de Vlad Tepes; Drácula, en el momento de su concepción, resultó terriblemente innovador, por más que hoy se asocien una serie de clichés con él, afirmó.
"En el momento en que (Bram) Stoker escribe 'Drácula', lo hace como una novela de Tom Clancy, los personajes usan las últimas tecnologías, como el telégrafo", dijo.
Conocido por sus filmes fantásticos y de terror, el realizador es también escritor junto a Chuck Hogan de una saga más cercana a su concepto del vampiro, abierta con "Nocturna" y cuya segunda parte, "Oscura", que presentó en la FIL de Guadalajara 2010.
La línea entre el horror y el ridículo es muy fina, aseguró, y lo importante en el género es que le dé miedo al propio autor del texto. Además, "hay que amar a los personajes pero tener la voluntad suficiente para destruirlos", concluyó. 

EFE – Noviembre