Verde de ira

Verde de ira

El increíble Hulk es, sin duda, el arquetipo de la ira en la cultura pop. ¿Qué hay detrás de una historia de superhéroes en la que un tímido y metódico hombre de ciencia llega a ser un monstruo iracundo con un descomunal poder de destrucción?

Carlos Tirado Arámburo

“La ira es un apetito penoso de venganza por causa de un desprecio manifestado contra uno mismo, sin que hubiera razón para tal desprecio —dice Aristóteles en el libro 2 de la Retórica (Gredos)—. Acompaña [al iracundo] un cierto placer; y también porque ocupa su tiempo con el pensamiento de la venganza, de modo que la imagen que entonces le surge le inspira un placer semejante al que se produce en los sueños”.

 ¿Quién es Bruce Banner? Es una pregunta complicada. O quizás no. En fin, Bruce Banner es un científico que sufrió un accidente en el que se vio expuesto a radiación de rayos Gamma. Dicha radiación convirtió al hombre en un 

“El hombre es, en su totalidad, menos bueno de lo que se imagina o desea ser” C. G. Jung

monstruo cruel y despiadado. A veces Bruce es un tímido hombre dedicado a la ciencia, pero en otras ocasiones se transforma en Hulk, un monstruo verde que sale por las noches a masacrar criminales. 

Bruce no es precisamente un buen hombre porque, para impartir justicia, con frecuencia deja salir al monstruo. Sería ideal recordar, antes de continuar, las palabras del psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung: “El hombre es, en su totalidad, menos bueno de lo que se imagina o desea ser”.

Bruce Banner no evade a Hulk: lo busca como quien, fatigado por las noches, busca el placer en los sueños. Al principio Banner sólo buscará a Hulk para hacer rendir cuentas a los criminales. Pero a medida que progresan los efectos de la intoxicación, el monstruo se apoderará del hombre, volviendo arduo, y a veces imposible, notar la diferencia entre uno y otro. Bruce Banner es el arquetipo americano, digamos, de Lisa, aquella diosa griega de la ira, la furia y la rabia enloquecedora, cuya semilla yace en capas no tan profundas de la condición humana. Aunque la radiación Gamma sea lo que hace crecer el cuerpo de Banner hasta darle dimensiones y fuerza descomunales, la ira es una aportación del personaje: ya venía con él. 

Es un personaje terrorífico porque es humano, como la ira que alimenta su poder

Cuando Stan Lee y Jack Kirby crearon a Bruce Banner, allá por el lejano año de 1962, con un título nada ajeno al personaje (¿Es un hombre? ¿Un monstruo? O, ¿es ambos? fue el nombre de la primera historieta de Hulk) quizá entendieron que por sus poderes el gigante esmeralda nunca pertenecería al género superheroico sino a un género más acorde al de otros personajes de la literatura de terror. Es cierto que la hazaña lograda por ambos con el personaje fue desvaneciéndose con los años hasta que en 2018 se publicó este primer volumen llamado: The Immortal Hulk: Or is he both? (Marvel).

Esta nueva y reivindicadora serie de historias, hasta ahora elogiada por la crítica, está escrita por Al Ewing y dibujada por Joe Bennett. Dentro del primer tomo seremos testigos de un misterio que se esconde detrás de una “Puerta verde”, el asesinato de una niña de once años, una curiosa infección que acecha a un joven y, como no podía faltar, un villano envuelto en todo este mar de problemas para Bruce Banner.  

Las cinco historias que contiene este volumen hablan de la pérdida de identidad de Bruce Banner, pero también abren las puertas a la llegada de un Hulk sumamente inteligente, si bien extremadamente despiadado. Los guiones de Al Ewing son de un corte más terrorífico que superheroico, y por esta razón el escritor devuelve al personaje su relevancia en el universo Marvel. 

Es un personaje humano porque es terrorífico. O quizás sea terrorífico porque es profundamente humano, como la ira que alimenta su poder. En un mundo donde somos testigos constantes del horror, la vergüenza y el terror, escribir historietas de superhéroes no sería más que escapismo, y no es poco: ocasionalmente las necesitamos para sobrellevar la realidad. Pero este cómic no es el caso. Quizás Al Ewing le quiere decir al lector con estas historias: “Mira al espejo y dime lo que ves. ¿Un hombre? ¿Un monstruo? ¿O ambos?”.

@letodavis

Léelo también en nuestro número 122, dedicado a los 7 Insaciables / 7 Pecados Capitales