Múltiples facetas de Scott Fitzgerald

Múltiples facetas de Scott Fitzgerald

¿Cuántos escritores viven de lo que escriben? Quizá son contados los que lo consiguen, y ello depende de un sinfín de factores. Algunos no lograron la opulencia que deseaban y a otros les era indiferente. Pero no para el irreverente Scott Fitzgerald.

Nació el 24 de septiembre de 1896, en Minnesota. En 1913 ingresó a la Universidad de Princeton, pero abandonó sus estudios para alistarse en el ejército de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, jamás entró en combate, pero logró terminar su primera novela que, después de ser rechazada en una ocasión y trabajada con mayor esmero posteriormente, fue publicada en 1920 y catapultó la fama del joven escritor.

Tras la actitud extrovertida e irreverente, existió otro lado de Fitzgerald, preocupado por su esposa Zelda Sayre, diagnosticada con esquizofrenia; agobiado por las deudas que contraía con sus amigos y editores, las cuales se incrementaban por sus deslices con el alcohol y el estilo de vida que llevaba.

Sus novelas no siempre le aportaron el dinero suficiente, pero no fue motivo para dejar de lado las fiestas. Scott y Zelda eran los borrachos y alma de las celebraciones, sorprendiendo con su escandalosa ebriedad, sus desnudos y sus actuaciones inusuales. En una ocasión llegaron a una fiesta sobre sus pies y manos, mientras ladraban.

Lamentablemente, la chispa de la pareja se fue apagando. Zelda comenzó una vida entrando y saliendo de instituciones psiquiátricas, mientras que Fitzgerald se dedicó a seguir escribiendo, buscando la forma de solventar sus dificultades económicas. Hubo algunas cosas que jamás se separaron del autor de El gran Gatsby: la escritura y el alcohol. El último lo mantuvo al borde de la muerte, hasta que el 21 de diciembre de 1940 un ataque cardiaco lo fulminó.