Izad velas, que vamos “Regreso a la isla del tesoro”

Muchas son las historias que, además de dejarnos un buen sabor de boca, nos suspenden en un ansia por conocer los huecos que dejaron sus autores deliberadamente. No sobran ocasiones que algunos nos preguntemos por éste o aquel personaje hacia el final del texto o los más airados que desgarren sus vestiduras recriminándole al protagonista por cierto camino que tomó. Pocos, estos sí, son los ejemplos de autores que decidan hacer secuelas de obras consagradas de la literatura.

Andrew Motion, escritor británico, decidió ser el continuador de una de las obras más conocidas de Robert Louis Stevenson: “La isla del tesoro”. Publicada en un tomo en 1883, la novela de Stevenson encuentra un segundo aire. Los vacíos que dejaron John Silver el Largo y Jim Hawkins alcanzan un resquicio por el cual filtrarse. En manos de Andrew Motion, todos nos vemos nuevamente envueltos entre piratas de variadas personalidades en “Regreso a la isla del tesoro”, (Tusquets, 2014).

John Silver el Largo y Jim Hawkins son un par de viejos distanciados; a pesar de ello, sus caminos no han sido tan distintos. Después de sus aventuras y de sus brutalidades, se han ido reformando. A lo largo del tiempo se asentaron en un hogar con su familia. Ahora es el turno de los hijos para construir su propio camino y dejar de vivir bajo la sombra desplegada por la prodigiosa vida de sus padres. Jim Hawkins hijo y Natalie Silver, mejor conocida como Natty, son encomendados a una misión. El viejo y moribundo capitán, John Silver, les pide regresar a la isla de su juventud para recabar lo que quedó del tesoro. Su peligrosa petición será una sentencia que los someterá a traiciones y encuentros desafortunados, pero que buscarán librar sin espacio a la duda.

“Regreso a la isla del tesoro” plantea un posible escenario durante un tiempo que ya no es sorteado por los peligrosos piratas de antes. La tripulación del “Nightingale” se ve compuesta mayoritariamente por marineros sin la ambición de aventuras ni tesoros. Todos a bordo del navío conocen su destino y su propósito, pero aún desconocen su suerte y los desafíos que los esperarán una vez que pisen nuevamente tierra firme.

Andrew Motion nos comparte esta secuela que no deja de lado cierto tono nostálgico, acentuado por sus personajes taciturnos y sumidos en la constante reflexión. Ciertamente, “Regreso a la isla del tesoro” no contiene en cada página los salvajes piratas que uno esperaría; los miserables que llevan hasta las últimas consecuencias su crueldad son vestigios del tiempo pasado, del abandono en el transcurso del tiempo y que aguardan para proteger su reino autoritario en la isla.

Quizá sea hora de averiguarlo por su propia mano, de involucrarse en la búsqueda de los lingotes de plata, de sumergirse en las profundidades de espíritus corruptos y nobles. El “Nightingale” los espera para izar las velar y viajar “Regreso a la isla del tesoro”.

Andrew Motion. “Regreso a la isla del tesoro”, México, Tusquets Editores Mexicanos, 2014, 387 pp.

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza, @LordNoa

Mascultura 12-Ago-14