IS THERE ANYBODY OUT THERE? THE WALL LIVE: El monstruo que vivía dentro de Roger Waters

Pienso en las motivaciones para escribir sobre un disco. Se me ocurren momentos específicos de un día; efemérides u onomásticos; la emoción producida por la próxima visita de un artista al país; el simple gusto de retomar un álbum consentido y decir lo que se piensa sobre él. La motivación hoy es diferente. Escribo sobre The Wall porque, una vez más, tuve el gusto de que me volara la cabeza.

El momento Pink Floyd de alguien: esto muy simple; ocurre cuando una persona descubre, de una forma u otra, a Pink Floyd. Así de sencillo. Pero hablo de realmente descubrirlo, de entender de dónde viene ese sonido y sentirlo hasta lo más profundo de la médula. Es cuando alguien se deja hechizar, rodear, llenar de angustia y de imagen por la música del grupo. Mi momento Pink Floyd ocurrió cuando de muy pequeña me encontré en la tele con la película The Wall… desde ese día, y hasta que la vi completa en la Cineteca, cada vez que prendía el aparato daba vuelta a los canales para ver si la encontraba de nuevo.

Después, me metí en los discos. Me considero más del Dark Side of the Moon; sin embargo, en el momento en que vi que podía ser parte del espectáculo más grande del mundo, The Wall en el Foro Sol, me apunté sin siquiera pensarlo… esa obra, a fin de cuentas, me había marcado desde la infancia.

No hay quien pueda mantenerse indiferente ante ese monstruo. Finalmente lo es; The Wall es el monstruo que vivía dentro de Roger Waters y que lo acompañó a lo largo de su vida. Es el monstruo de la guerra, de la pérdida, del abandono, del desamor, de la soledad, de la incomprensión. De la impotencia. Is there anybody out there? es la grabación del fenómeno de la interpretación en vivo de ese monstruo, de esa obra catártica que es el álbum doble original, de principio a fin, en Londres en 1980 y 1981.

No es, desde luego, sustituto suficiente para el impacto que provoca ver The Wall tocado en vivo. El componente visual, fundamental, está ausente. Sin embargo, es un ejemplo bien logrado del poder que ejerce Waters al momento de colgarse el bajo y dedicarse, desde el corazón, a tratar de vencer al monstruo, como ha hecho desde hace décadas.

Por: Leonora Milán

Imagen: Portada del disco Is there anybody out there? The Wall Live de Pink Floyd.
Mascultura 11-Mayo-12