IVÁN EL TERRIBLE: los últimos suspiros de Eisenstein

Cuando uno de los autores del montaje cinematográfico entregó su última película el mundo debió haberse detenido. Con la conclusión de la tarea que -entre decisiones políticas, problemas personales y otros puramente cinematográficos- le llevó algo más de tres años realizar, Eisenstein cerraba también un periodo en el cine que lo hizo madurar y fortalecerse como pocas veces. Con los experimentos visuales, dramáticos, de escenarios, de actuación y de tiempo que se desarrollaron en esta película, casi ninguna vanguardia cinematográfica posterior a la fecha del estreno de la segunda parte (1958) habría tenido ni tanta fuerza ni tanta resonancia.

Para contar la tortuosa vida del Zar Iván y la manera como unió a la Madre Rusia (un encargo en el que el despreciable José Stalin se quería ver reflejado), Sergei Eisenstein puso a jugar todas las teorías que había desarrollado alrededor del encuadre, inyectó mucho del teatro Noh japonés, realizó escenografías muy complejas que acercaban a sus actores al techo (o los alejaban) para una aún más férrea manipulación de la pantalla, usó el blanco y negro, el color (a manera incluso de abstracción), la doble exposición y cuanto estuviera en su cabeza, que era prodigiosa.

El resultado es una película francamente delirante pero intensa y profunda, visualmente rica y con los ingredientes necesarios en personajes e historias como para contar un "thriller" político, que finalmente lo es; es una película que habla sin necesidad que la escuchemos y que al contar con la inspiración de uno de los creadores del lenguaje visual se convierte por momentos en objeto de culto y después de estudio.

Es también, como lo dije, el final de una era. Una película de la que Stalin odió la segunda parte (Eisenstein era experto en darle por su lado pero sin darle gusto) y que reúne lo mejor de sus director igual que algunos de sus vicios. Es la prueba matemática de que los ojos humanos pueden siempre explorar un nuevo nivel y de que en el cine tenemos a uno de los medios de expresión (histórica, política, artística, humana, ustedes decidan) más poderosos.

En dvd y Blu-Ray la posibilidad de estudio y repaso, de disfrute y de deleite se multiplican, por supuesto. Se encontrarán más de una vez congelando la imagen para leer en los encuadres de "Iván el terrible" los últimos suspiros del genial Sergei Eisenstein.

Por Erick Estrada www.cinegarage.com

Imagen: Portada de la película "Iván el terrible" de Sergei Eisenstein.
Mascultura 21-May-13