Última compilación de textos de José Saramago

Es esta la segunda y última compilación de textos de José Saramago escritos para su blog. Las notas recogidas abarcan de marzo de 2009, fecha a la que llegaba el primer cuaderno, a junio de 2010, apenas unos días antes de la muerte del Premio Nobel portugués. Lo dicho para aquel primer cuaderno publicado a finales de 2009 vale para este: se compone de textos muy aptos para el formato de blog por su brevedad, amenidad y sencillez. Algunos son coyunturales y de interés local, mientras que otros abordan las principales preocupaciones de Saramago, como sus eternas pugnas con el capitalismo, la Iglesia católica y Dios.

En repetidas ocasiones Saramago dijo de sí que era un novelista que, por no saber escribir ensayos, escribía novelas. En este mismo libro afirma que no nació para ser crítico literario. Ello se hace evidente en sus notas dedicadas a escritores como Sábato, García Márquez, Kafka y Giono, que no son muy brillantes ni muy iluminadoras, pero que al menos cumplen con informarnos sobre sus entusiasmos en el rubro de la ficción, en el cual el propio Saramago, huelga decirlo, fue un maestro.

Berlusconi vuelve a ser blanco de sus críticas en varias de estas notas. No faltan tampoco textos suyos dedicados a infames masacres, como la de Santa María de Iquique en 1907 (a la que Hernán Rivera Letelier le dedicó una de sus mejores novelas: Santa María de las flores negras) y la de Acteal, México, en 1994. Hasta el último momento fue Saramago un escritor valiente y comprometido. El libro, por cierto, termina con su agradecimiento al novelista sueco Henning Mankell, quien en junio del año pasado viajó en un barco a Palestina para llevar materiales de ayuda, pese a la prohibición del gobierno israelí. Pocos días después de esa breve nota de agradecimiento (“Gracias, Mankell.”), Saramago murió.

Queda la impresión de que el libro pudo haber sido depurado, pues algunos de sus textos no son más que anuncios o invitaciones a eventos auspiciados por la Fundación Saramago, con nula relevancia fuera de la utilidad práctica que en su momento tuvieron. Como en el volumen anterior, en El último cuaderno Saramago recupera escritos viejos que comparte con los lectores de su blog y ahora con los lectores del libro. La edición incluye un texto de Umberto Eco sobre la faceta bloguera de Saramago, que en su momento entusiasmó al narrador luso, y una introducción de Pilar del Río, traductora y compañera del autor, como es bien sabido.

No es este el último gran libro de Saramago, como ya se desprende de lo dicho. No es la obra que mantendrá a Saramago en la memoria de los hombres y las mujeres del futuro; probablemente quede en el camino y no vuelve a ser reeditada. No es la mejor opción para quien quiera iniciarse en la literatura del Nobel portugués, pues podría dar una idea equivocada del legado saramaguiano. Para quienes ya profesamos una intensa admiración por el autor, en cambio, es un libro muy grato y decoroso. Es una estupenda oportunidad para saber qué nombres, qué títulos, qué compromisos, qué preocupaciones rondaron la cabeza de Saramago en sus últimos años de vida. Una suerte de conversación figurada, la última posible, con el autor de algunas de las novelas cumbre del siglo XX.

Javier Munguía
http://www.javiermunguia.blogspot.com/

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El último cuaderno de José Saramago en Gandhi