En la guerra descubrimos quiénes somos en realidad

El Ruiseñor no es una historia que nos envuelva más sobre la II Guerra Mundial, sino una historia que se vuelve parte de un homenaje a las personas que estuvieron inmersas en esta guerra y arriesgaron su vida en cada momento por salvar a los demás o estar presente en lo que se manifestara y se pudiera solucionar, con una parte fundamental en las atención a las mujeres.

Kristin Hannah hace una historia conmovedora y audaz en este espectacular tiempo y también considerada como uno de los más turbulentos de la historia, en todo momento se rescata la historia por lo bueno que puede ser un romance. Aun estando en un momento terrible. Conmueve la capacidad de esta autora en plasmar un mundo tan duro en la mitad de escenas entrañables.

Francia, 1939. En el tranquilo pueblo de Carriveau, Vianne Mauriac se despide de su marido, Antoine, que debe marchar al frente. Ella no cree que los nazis vayan a invadir Francia, pero lo hacen, con batallones de soldados marchando por las calles, con caravanas de camiones y tanques, con aviones que llenan los cielos y lanzan bombas sobre los inocentes. Cuando un capitán alemán requisa la casa de Vianne, ella y su hija deben convivir con el enemigo o arriesgarse a perderlo todo. Sin comida ni dinero ni esperanza, Vianne se ve obligada a tomar decisiones cada vez más difíciles para sobrevivir. La hermana de Vianne, Isabelle, es una joven rebelde de dieciocho años que busca un propósito para su vida con toda la temeraria pasión de la juventud. Mientras miles de parisinos escapan de la ciudad ante la inminente llegada de los alemanes, Isabelle se encuentra con Gaëton, un partisano que cree que los franceses pueden luchar contra los nazis desde dentro de Francia. Isabelle se enamora completamente pero, tras sentirse traicionada, decide unirse a la Resistencia. Sin detenerse nunca para mirar atrás, Isabelle arriesgará su vida una y otra vez para salvar a otros.

“Ven conmigo dijo Antoine agarrándola de la mano Vianne ya no se ponía tensa cuando la tocaba ni daba un respingo, pero aún era incapaz de relajarse por completo. En los meses transcurridos desde el regreso de Antoine habían estado comportándose como dos enamorados, pero los dos sabían que era teatro. Antoine decía que no quería hacerle el amor por causa del bebé y Vianne estuvo de acuerdo pero ambos sabían la verdad”.

Kristin Hannah. El Ruiseñor, México: Suma de Letras, 2016, 590 pp.

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MasCultura 21-jun-16