Para ver y oír en este inicio de mes

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31 de agosto de 2020
Adrián García

Black Flag – Who´s got the 10 1/2?

Black Flag, la banda de hardcore punk formada en la hermosa Beach California a mediados de los setenta e influenciada por agrupaciones británicas como Sex Pistols y The Clash, demostró que también se puede ser anarquista de este lado del charco. Who’s got the 10 1/2? es su segundo material en vivo, lanzado en 1986 y seguido por un torbellino de giras, presentaciones en pequeños bares y espacios que les otorgaron un mayor reconocimiento por parte del público. Con un sonido característico del punk, composiciones simples y la peculiaridad de tener al bajo como instrumento sobresaliente —incluso sobre las guitarras—, lograron establecer un sello propio. Un hecho que se suma a la desbordante personalidad de su vocalista, Henry Rollins, y la construcción melódica de Greg Ginn, quien en esos años, además de participar como músico, también los dirigía.

Entre los temas a destacar de esta producción, encontramos Loose Nut, una canción que se siente como un repiqueteo constante en el cráneo, y también I’m the One, que huele a cerveza y pólvora. En una época caracterizada por cambios sociales y reclamos a las autoridades, el punk puede regresar por sus viejas glorias; de hecho, es posible que las nuevas generaciones tengan algo de esta ideología sin siquiera saberlo.

Este material, al igual que toda la discografía de Black Flag, es musicalmente simple, cruda, sucia. Alguna vez Jimi Hendrix dijo: “El blues es fácil de tocar, pero difícil de sentir”. Probablemente habría dicho lo mismo del punk. Por esta razón, escucharlos es como viajar en una máquina que está a punto de estallar en mil pedazos, pero que de alguna manera se mantiene unida.

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Colossal
Dir. Nacho Vigalondo (2017)

Gloria (Anne Hathaway) es una joven reportera con la vida hecha un lío, entre las fiestas a mitad de semana y su alto consumo de alcohol, la relación con su novio (Dan Stevens) termina de una manera abrupta. Sin muchas expectativas, ella vuelve a su pueblo natal y retoma su amistad de la niñez con Oscar (Jason Sudeikis). Al principio, él parece el amigo perfecto, pero con el paso del tiempo la necesidad de controlarla convierte la relación en un juego de vida o muerte, hasta la aparición de un misterioso monstruo al otro lado del mundo y que por alguna razón está conectado con Gloria.

A pesar de lo que he señalado en este brevísimo resumen, es necesario hacer una precisión: Colossal no es una película de monstruos. Tampoco veremos en el filme all ejército estadounidense salvar a la humanidad de una invasión alienígena y mucho menos, aparece un fenómeno como Godzilla. Lo que Colossal sí nos ofrece, es una buena dosis de humor negro mezclado con crítica social que, al avanzar la trama, muestra una advertencia muy clara sobre los riesgos de las relaciones celópatas y controladoras.

El director y guionista, Nacho Vigalondo, se caracteriza por sus personajes desalineados y llenos de defectos, pero que —por alguna razón— siempre terminan evolucionando y haciéndose más sabios. Probablemente, lograr cruzar el abismo sin caer al precipicio, es lo que finalmente los hace humanos. Colossal no es la excepción, ya que el largo camino que recorre la protagonista, a través de un mundo nublado por las adicciones y las relaciones tóxicas, hasta levantarse a sí misma, en un acto de amor propio, también significa un acto de amor hacia la humanidad.+