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Una moneda para gobernarlos a todos: Facebook y la identidad a crédito

Una moneda para gobernarlos a todos: Facebook y la identidad a crédito

16 de diciembre de 2019

Sofía Grivas

One Ring to rule them all, One Ring to find them,
One Ring to bring them all and in the darkness bind them.
[El Señor de los Anillos]

Facebook anunció hace unos meses el próximo lanzamiento de su criptomoneda: Libra. Y aunque hasta ahora no se ha puesto en marcha, solo saber que existe este proyecto sacudió los cimientos del pantanoso terreno bancario mundial. ¿Por qué? Para empezar, porque hasta ahora los bancos poseen el enorme privilegio de no tener competencia, (o casi no tenerla). Para mover dinero de un lado a otro, han sido los bancos y las compañías creadas a su alrededor (de servicios financieros, como
las tarjetas de crédito), los únicos intermediarios.

Pero, ¿qué pasaría si con Libra puedo comprar todo tipo de cosas como si fuera mi tarjeta de crédito, y además puedo enviar vía Facebook o WhatsApp $100 pesos a mi amiga Alicia en Pachuca sin tener una cuenta bancaria ni pagar una alta comisión para hacerlo? Sucederá que el sistema que ha tenido el poder sobre el manejo de las transacciones crediticias a nivel mundial, estará a punto de ser azotado por una gran crisis. No solo por las interacciones de compra y venta que se realizarán en el mundo digital con la nueva moneda, sino principalmente por una de las transacciones más importantes a nivel mundial, que deja jugosas comisiones a los intermediarios: las remesas. 

Sí, el dinero de los migrantes es de gran interés para las instituciones financieras. Para que se den una idea, solo durante el 2018, se estima que $689 billones de dólares (1) fueron enviados alrededor del mundo.

Así como Uber o Airbnb han cambiado los métodos de transporte y alojamiento, una plataforma con el poder de Facebook
está por cambiar el funcionamiento de los pagos y transferencias a nivel mundial. 

Nada de que preocuparse…

¿Esto es bueno o no? Relativamente; por un lado estará poniendo en jaque al sistema bancario establecido. A primera vista parecería que lo obligaría a reformar y descentralizar su funcionamiento. Pero es solo una ilusión que en realidad esconde lo contrario. La competencia entre pares es clave para lograr una disputa real en el mercado. Dejemos algo claro: Facebook no tiene un competidor directo, es un monopolio cada vez más poderoso. La empresa estará llegando a transformar el mercado del dinero con una gran ventaja sobre sus competidores, no está iniciando desde cero su cruzada por “ofrecer a la gente el poder de

construir comunidades y hacer que el mundo esté más unido” (2) —como afirma en su Misión—. Contará desde el inicio con un gran número de clientes potenciales, pues tiene 2.41 mil millones de usuarios activos al mes y más de 140 millones de negocios que ya usan facebook para vender sus productos (3), un número que garantiza que cualquier iniciativa de esta plataforma deba tomarse con seriedad, sospecha y cautela, no solo por las instituciones financieras, sino por los gobiernos. Facebook es el primer país geográficamente descolocado, más ahora, que tendrá su propia divisa. Es un país infiltrado en todos los países, y tiene intereses privados.

Por poner un ejemplo, se estima que para enero del 2017 la Unión Europea (la cual tiene su propia moneda) contaba con 511.8 millones de habitantes, Facebook, en sólo el mes de enero de ese mismo año, contaba con 2,167 mil millones de usuarios. 

¿Se acuerdan del escándalo de Cambridge Analytica? Esa compañía había ilegalmente adquirido a través de Facebook los datos personales de millones de usuarios con la “inocente” intención de manipular las tendencias políticas de los votantes. Ahora, además de los datos de nosotros, que ya posee esta red, va a tener datos bancarios, niveles de ingresos y hábitos de consumo. Es decir, un perfil más detallado de cada ciudadano de la red. 

One Ring to rule them all…

Facebook es hoy el ojo de Sauron, el que todo lo ve. Un ojo necesario para mantener un dominio sobre su territorio: internet. Si en El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien (Booket), el ojo de Sauron buscaba tener el control, y había creado El Anillo Único para controlarlo todo, recordemos que cada vez que Frodo se ponía este anillo se hacia invisible para unos, pero visible para Sauron y sus espectros.

Cada vez que entramos a Facebook y a las miles de plataformas que funcionan ligadas a él, compartimos la situación de Frodo, dejamos nuestro rastro en un mundo paralelo. No lo niego: Facebook y sus distintas aplicaciones tienen muchísimos beneficios como comisiones más bajas, transacciones más rápidas y sencillas, más competencia entre los sistemas financieros establecidos y, sin duda, acceso a estos servicios para personas que han quedado marginadas anteriormente. El problema real es que hasta ahora no se han resuelto con satisfacción las responsabilidades en la recopilación, manejo y control de nuestra
información.

Zuckerberg no lo admite (eso implicaría fuertes reacciones), pero está rebasado por las posibilidades que ha abierto su plataforma. Asumiendo que la privacidad y la libertad de expresión deberían ser derechos básicos también en la web, y son además pilares de una sociedad libre, Facebook lo pone entredicho. Controla a capricho, censura a su antojo ¿pero quién controla al que controla? Hasta ahora, nadie.

Libra es un anillo más de poder para Facebook, que la mayoría de las personas estarán dichosas de utilizar. +


NOTAS
(1) https://www.worldbank.org/en/news/press-release/2019/04/08/recordhigh-remittances-sent-globally-in-2018
(2) https://newsroom.fb.com/company-info/
(3) https://zephoria.com/top-15-valuable-facebook-statistics/