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Jorge Herralde: Respuestas al cuestionario Proust

Jorge Herralde: Respuestas al cuestionario Proust
16 de marzo de 2020

En agosto de 2017, Jorge Herralde —el editor de Anagrama— respondió el cuestionario que Marcel Proust creó para conocer los rasgos definitivos de una persona. El manuscrito de interrogatorio pormenorizado se descubrió en los años veinte del siglo pasado y fue subastado décadas más tarde. Así, sin más, veamos de qué manera las preguntas de Proust nos revelan los secretos de un editor, o si los cuestionamientos del autor de En busca del tiempo perdido no bastan para desentrañar su personalidad.

¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?

Sólo tengo ideas de una gratificante felicidad imperfecta. ¿Cuál es su mayor miedo? ¡Quién dijo miedo! (y como añadiría Piglia: “Dijo él, muerto de miedo”).

¿Con qué figura histórica se identifica más?

Enorme admiración por Gutenberg, Aldo Manuzio, Diderot y su Encyclopédie. Y Espartaco. Sin olvidar a Buster Keaton.

¿Cuál es la persona viva que más admira?

Obama. Messi.

¿Cuál es el rasgo que más deplora de sí mismo?

Cierta impaciencia.

¿Qué es lo que más deplora en otros?

La inautenticidad o una autenticidad odiosa. Y, a nivel personal, que no conectemos, que nos aburramos.

¿Qué es lo que más valora de sus amigos?

El feeling mutuo, tan a menudo instantáneo.

¿Qué palabras o frases son las que más usa?

¿Y qué más?

¿Dónde prefiere viajar o cuál es su viaje favorito?

Siempre, París, todavía.

¿Cuál considera que es la virtud más sobreestimada?

La sinceridad tontorrona y satisfecha.

¿En qué ocasiones miente?

Acostumbran ser mentiras piadosas (que intento no decirme a mí mismo).

¿Lo que menos le gusta de su aspecto es?

Me tolero benévolamente.

¿Cuál es su mayor pesar?

¿Pesar? Creo que estoy llegando a una ataraxia feliz.

¿Qué o quién es el amor de su vida?

Lali Guberns, mi pareja, y Anagrama, mi otra pareja, ambas amigas entre sí.

¿Cuándo y dónde fue más feliz?

En Barcelona y en París cuando empecé a preparar la editorial en otoño de 1967.

Si pudiera cambiar algo de sí mismo, ¿qué sería?

También me tolero ya, sin demasiado esfuerzo.

¿Cuál considera que es su mayor logro?

Mi mejor logro (o, mejor dicho, suerte) es seguir con la curiosidad alerta y con aquel añejo ideal del “hombre que trabaja y juega”.

¿Cuál es su tesoro más preciado?

Me atan un poco mis fetiches.

¿Qué considera usted lo más profundo de la miseria?

Los migrantes que huyen, casi a ciegas, del horror.

¿Dónde le gustaría vivir? Quiero seguir en Barcelona.

¿Cuál es su mayor extravagancia?

Ser editor, supongo.

¿Cuál es la cualidad que más aprecia en un hombre?

Tanto en un hombre como en una mujer: la lealtad, la coherencia (y a veces la gloriosa incoherencia) y, desde luego, el imprescindible sentido del humor.

¿Quiénes son sus escritores favoritos?

Tantísimos. Digamos, en lengua española: Bolaño, Piglia, Pitol, Chirbes. Y antes, Borges, Martín-Santos, Gil de Biedma, Cernuda, etc., etc., pero no me resisto a añadir a Nabokov y Grombrowicz.

¿Quién es su héroe favorito en la ficción?

El chifladísimo Kinbote (Pálido fuego de Nabokov), Chiaski, Ignatius Reilly, Emilio Renzi. Y Tom Ripley, claro.

¿Quiénes son sus héroes en la vida real?

Tantos héroes anónimos que luchan contra la injusticia.

¿Cuál es su lema?

Me apropio de unos cuantos: “Hoy es siempre todavía” (Machado), “Amanece que no es poco” (Cuerda), “Una rosa es una rosa” (Gertrude Stein), “Futbol es Futbol” (Robson).

¿Cuál es su estado mental actual?

Poco preocupante, creo.

Si pudiera elegir cómo reencarnarse, ¿qué cosa/animal/persona elegiría?

Con una encarnación basta, please.

¿Cuál es su ocupación favorita?

El placer de la lectura.

¿Cuál es su característica más marcada?

Mi negativa a contestar el cuestionario Proust.

¿Cómo le gustaría morirse?

Me gusta el epitafio de la tumba de Marcel Duchamp: “Siempre se mueren los otros”. +


Fragmento tomado de Un día en la vida de un editor y otras informaciones fundamentales
(Anagrama, 2019)
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