“No evitar el dolor, vivir con él”. Entrevista con Lorena Pronsky

“No evitar el dolor, vivir con él”. Entrevista con Lorena Pronsky
10 de diciembre de 2019

R. de la Lanza

Para lidiar con dolor de sus propias pérdidas personales, y al mismo tiempo ayudar a otras personas a hacer lo mismo, la psicoterapeuta argentina Lorena Pronsky comenzó a escribir en un blog sus reflexiones más íntimas alumbradas tanto por sus vivencias como por su marco referencial clínico.

De esos textos surgen los libros Curame y Rota se camina igual, que Pronsky vino a presentar recientemente a la Ciudad de México, y en cuya ocasión pudimos entrevistarla.

Las entradas de “Curame”, el nombre de ese blog —y esa cualidad llegó a los libros— son brotes de reacción a lo que ha pasado en un día o semana determinada. “Estos escritos intuitivos surgían de modo más libre porque yo lo escribía de un modo más anónimo que cuando llegué a publicar en Facebook”.

Estos textos, al ser breves, y no muy adjetivados, generaron una gran respuesta y viralización. De pronto había 300 mil seguidores y una retroalimentación abrumadora. “Hablaban mucho del dolor —explica Pronsky— con la intención de no quedarse aferrado a lo que pasó, sino de saber qué hacer con el dolor. Así nació ‘Curame’”.

Una famosa descubre el blog

La viralización fue tal que una modelo y actriz muy famosa en Argentina encontró una de sus entradas y la compartió comentando que lo que dijo Lorena le gustaba porque sentía que era muy franca, y entonces el alcance del blog creció de modo casi exponencial: “Es una persona muy famosa y nunca había hablado de la muerte de su hija —complementa Pronsky—, y en ese post fue cuando por primera vez se abrió a hablar. De ese post sale el título de un libro, porque ella puso ‘Rota se camina igual’, con la idea de que ella debe aprender a caminar con el dolor que no se irá.

Los libros y los textos de Lorena Pronsky tienen la virtud de que, si bien están totalmente alejados de hacer la apología de la victimización, también apuesta por detener lo que ella llama la estigmatización de la herida: “Es una apertura al dolor, sin que la herida se estigmatice —explica—. El que una persona diga que está mal, embargado por el dolor no significa que está loco o que necesita ser medicado. El dolor es parte de la vida y había que decir que está bien sentirlo. Los tiempos son internos y subjetivos”.

Porque uno de los aspectos que impulsa a Lorena Pronsky a lanzar sus libros tiene que ver con cómo la herida que sufrimos trastoca nuestra relación con el entorno, particularmente el social: “En Argentina se armó una gran comunidad —relata— porque la gente comenzó a sentirse cómoda en un espacio donde se hablaba del dolor sin que se le estigmatizara, y se comenzó a entender que si el otro no es capaz de apoyarte en tu dolor, el problema no es tuyo, sino de él”.

El dolor no se va

Una de las cosas que contradice las ideas tradicionales que tenemos sobre el duelo es que el dolor poco a poco se va. “No se va el dolor, sino más bien lo vamos enquistando —dice—. Hay mucha gente que me escribe; no me conocen y me cuentan todo lo que les pasa, con todo detalle. Eso me genera angustia, por la impresión de que no tenemos a nadie con quien hablar. Al hablarlo, uno sana en el vínculo con el otro. Por eso el blog y el libro se llama ‘Cúrame’, porque le está pidiendo al otro que me ayude escuchando. En mi práctica como terapeuta vi esto también, tanto sanaba yo como ayudaba a otros a sanar”.

La respuesta

La recepción de los libros de Lorena Pronsky ha sido sólo una extensión del éxito que ya tenía su blog. Ha generado no sólo muchas ventas, sino una comunidad. A donde vaya, Lorena es ya recibida con gran calidez y gratitud por multitudes, sea en persona o de modo virtual.

“Yo me sigo preguntando qué pasó con los libros: cómo generaron tal respuesta —confiesa—, pero creo que es la identificación en ese punto que nadie se anima a tocar. Cuando estamos contentos todo va bien, pero cuando hay algo que sangra, no. Y yo describí que de ahí puede haber crecimiento, y ese dolor a mí me dio un mayor nivel de conciencia”.

“Me genera angustia cuando veo a mesas y mesas de gente mirando a su celular y sin mirarse entre sí —continúa Pronsky—, como antes, cuando las espera las usaba para relacionarse. Ahora creemos que estamos conectados y no lo estamos. Pero estos libros me han ayudado a encontrar a otras personas que hablan el mismo idioma en lo emocional, ya liberados de prejuicios”.

El vínculo afectivo y la psicoterapia

La formación terapéutica ha jugado un papel importante en el surgimiento de los libros de Lorena Pronsky, pero ella ha adaptado juiciosamente esas herramientas: “Yo siempre me autocuestioné mi lugar de psicóloga. La terapia tiene reglas y procesos, que de pronto yo sentía que las transgredía todas —cuenta—. Lo que yo siempre evité fue colocarme en un lugar de superioridad. Estos libros me han ayudado a recordar que soy humana.

“Uno no puede ayudar a otro si uno no se humaniza ni empatiza —insiste Pronsky—. Lo que sana es el vínculo, incluso en el mismo consultorio. A veces, un paciente sólo habla y yo no le digo nada, y al salir va ya sanando porque se generó un vínculo de afecto. No sé si está bien o mal, siempre es un ruido interno, pero es genuino, porque si no lo es, no lo quiero”.

Un mensaje especial

Al preguntarle qué podría decirle a su público lector, especialmente en México, Lorena Pronsky les dice: “Yo siempre digo: no es fácil. El dolor duele. Pero si vas buscando lo fácil y no lo que realmente te hace bien, estamos mal. Así que cambiemos la medida de fácil o difícil por la de si nos hace bien o no. El resultado se verá después de atravesar la situación. Seguirá doliendo, pero hay que dejarse atravesar de lo que las emociones nos dicen, especialmente el dolor. A veces es difícil cortar vínculos tóxicos, y hay tantos prejuicios y autoestimas castigadas, pero tú tienes que aprender a saber que sí puedes, porque ya estás pudiendo desde otros aspectos. ‘Rota se camina igual’ significa que después del dolor te alzas y vas adelante con él”, concluye.