El Ala del Tigre: un homenaje a las antiguas artes de la imprenta
06 de enero de 2021
La primera época de El Ala del Tigre se remonta a los años 90, cuando, bajo la dirección de Vicente Quirarte, se inició esta colección para dar a conocer la poesía más actual. En aquel momento, el diseño editorial evocaba las antiguas artes de imprenta; el contenido se plasmaba en ejemplares intonsos, es decir, cuyos pliegos no eran refinados, y la encuadernación contemplaba una camisa de papel cebolla. Ahora, en esta nueva etapa dirigida por Socorro Venegas y coordinada editorialmente por Robin Myers, se busca mantener no sólo algunos rasgos del espíritu original, sino también el diálogo con la comunidad lectora moderna.
Ni visible, ni palpable, de Ana Belén López; Lengua materna, de Yelitza Ruiz; Me’on ts’ibetik/ Letras humildes, de Ruperta Bautista; Bisturí de cuatro filos, de Vicente Quirarte, y Ventana cerrada, de Rodrigo Flores Sánchez, son los cinco poemarios que marcan el renacimiento de esta entrañable colección universitaria. Cada título tiene una propuesta y un estilo poético diferente, por lo que, en conjunto, conforman un mosaico de las diversas manifestaciones de la poesía contemporánea en México. Algunos de los temas abordados son la memoria, individual, familiar y comunitaria; la construcción del linaje femenino; la infancia; la naturaleza de la palabra poética; la muerte, y el duelo por la pérdida de un ser querido. A esta variedad de temas se suma la pluralidad lingüística, pues uno de los nuevos criterios incorporados a El Ala del Tigre es la inclusión de obras en lenguas originarias, como el bats’i ko’p (tsotsil).
Del mismo modo que la poesía es movimiento constante, los ejemplares de este renacimiento reflejan ese dinamismo en sus acabados. Cada uno está resguardado por una funda suelta impresa en cartulina; dentro de ésta, lectoras y lectores hallarán una encuadernación que apostó por la costura expuesta. Así, en este relanzamiento de El Ala del Tigre, se logró la publicación de volúmenes económicos y visualmente atractivos que apelan a la tradición editorial e invitan a la comunidad lectora a relacionarse de una forma lúdica con el libro como objeto.
Recuperar el valor sensual del libro es también un camino para reconocer el gran trabajo colectivo que representa la labor editorial. Tanto por su diseño, como por su contenido, podemos asegurar que esta colección tendrá un lugar especial en todos los libreros. +
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